Hace más de treinta años que el hombre no pisa la Luna. Los nuevos planes espaciales incluyen misiones de astronautas que explorarán los misterios de Marte. Una nueva huella del hombre en el espacio.

Durante 2004 el presidente norteamericano George W. Bush, anunció un ambicioso programa espacial que in-cluía la construcción de una base permanente en la Luna, y el lanzamiento de una misión tripulada a Marte.

El programa incluyó también la jubilación del transbordador espacial en 2010 y el desarrollo de un vehículo tripulado, más barato y más confiable. Se contempló el envío de una flota de robots a la Luna que se retirarán en 2010, cuando la Estación Espacial Internacional esté completada. Se estima que en 2014 llegarán las primeras misiones tripuladas a la Luna, y que dos años después, la NASA dejará la Estación Espacial en manos de sus socios internacionales: la Agencia Espacial Europea, Rusia, Canadá y Japón. Bush también enfatizó la necesidad de interpretar las misiones lunares como un primer paso para continuar con la exploración tripulada de Marte, estipulada para el año 2030. El anuncio presidencial coincidió con la exitosa llegada de la sonda robot Spirit al planeta rojo.

Publicidad

En agosto de 2005, la NASA (Agencia Nacional para la Aeronáutica y el Espacio) enviará la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), que llegará al planeta Marte en marzo de 2006. Su principal objetivo será el de estudiar los distintos climas y buscar nuevas zonas con rastros de agua. Cuando en el 2000 la NASA comprobó la existencia de agua en el planeta rojo, volvió a surgir la idea de mandar misiones tripuladas: un grupo de tripulantes podría descender en una zona cercana al lugar donde el agua emerge a la superficie y podría recoger muestras que serán analizadas para detectar actividad química u orgánica. Se considera que si existe suficiente disponibilidad de agua en zonas distintas de los  polos, sería más fácil para las tripulaciones humanas acceder a ella y usarla para crear aire respirable y fabricar combustible.

La sonda MRO, que posee una masa aproximada de 1.700 kilos y un instrumental compuesto por una cámara estéreo de alta resolución, un espectrómetro, un radiómetro infrarrojo y un radar sónico para analizar la superficie marciana, actuará también como enlace para comunicarse con las futuras misiones. Además de la sonda MRO, la NASA y la Agencia Espacial Francesa planean el lanzamiento del NetLander, una sonda con cuatro subsondas para estudiar la superficie marciana; el Phoenix, una sonda que registrará el clima; y el Mars Science Laboratory, algo así como un laboratorio rodante.

Se aspira a tener un panorama exacto de la superficie, y características topográficas y climáticas de las distintas regiones para el envío de misiones  tripuladas.

Publicidad

En Estados Unidos se están evaluando los riesgos y las condiciones para un desembarco de misiones con tripulación. La Oficina del Programa de Exploración Marciana (una división de la NASA) creó el Programa de Exploración Marciana / Grupo de análisis de carga (MEPAG), mediante el cual se proponen los objetivos, investigaciones y medidas necesarias para la eventual exploración del planeta rojo. Una de las metas del MEPAG es garantizar que la información sea desarrollada a tiempo para servir de base al lanzamiento de este tipo de misiones.

¿Qué se debe hacer en Marte antes de la primera misión  humana?

Publicidad

Una representación de este tipo y de larga duración requiere que los astronautas pasen de 16 a 20 meses orbitando alrededor del planeta. Si la estadía es corta, los astronautas podrían permanecer en órbita solo durante 30 a 45 días, antes de embarcarse de regreso a la Tierra.

Una vez que la tripulación esté sobre la superficie marciana, puede mantenerse dentro de un hábitat estacionario.

Si la misión supone una exploración más compleja se podría pensar en astronautas usando grandes vehículos todo terreno presurizados para viajar largas distancias. La tripulación contaría con el apoyo de distintos tipos de robots: rovers (trotamundos) de asistencia a humanos que podrían transportar equipos, o rovers científicos que pueden desempeñar otras funciones.

Lo que se estudia, también, son cuestiones concernientes a la física ambiental. Existen dos aspectos que pueden representar riesgos a la seguridad de una tripulación en Marte.

Publicidad

En primer lugar, las características geológicas del planeta rojo, ya que hubo dos sondas Viking que se vieron envueltas en una tormenta global de polvo. Las tormentas de polvo parecen ser una condición normal de Marte y pueden causar cargas electrostáticas en los trajes de los astronautas. Los riesgos de una descarga de este tipo sobre Marte pueden ser desde una simple chispa a potenciales estallidos.

En segundo lugar, la radiación. Si bien por definición están expuestos a los rayos, las altas cantidades de radiación recibidas por los astronautas sobre la superficie de Marte podría ser difícilmente tolerable.

Respecto a la contaminación e infecciones, temas que preocupan a ingenieros y científicos, los estudios demuestran que es bastante improbable que haya microorganismos infecciosos en Marte.

De todos modos, para evitar la contaminación, la NASA realizará la correspondiente cuarentena de descontaminación de equipos y personas que se hayan expuesto a la vida marciana.

Se estima que en el 2014 llegarán las primeras misiones tripuladas a la Luna y que en el 2030, los astronautas pisarán Marte.

Para saber más sobre este tema,  vea Odisea Espacial, el miércoles 27 de abril a  las 9 p.m. en Discovery Channel.