La reciente inclusión de proyectos de desarrollo de productos para la alimentación humana en el Instituto Autónomo de Investigaciones Agropecuarias, Iniap, propone la industrialización del grano del chocho, que viene a ser la soya de los Andes por sus cualidades nutritivas y medicinales.

Según Elena Villacrés, jefa del Departamento de Calidad y Nutrición de la estación Santa Catalina, la misión es apoyar la seguridad alimentaria de la población proporcionando productos con garantía microbiológica, sanitaria y nutritiva.

Por eso, indica, atacaron desde el principio el mal procesamiento del chocho, su lavado artesanal hecho con agua de acequias, ríos, lo cual acarrea recelo en el consumidor por la carga microbiológica. En Santa Catalina funciona ya una planta piloto en la que se hace el lavado del producto con agua ozonoficada y un mejorado  proceso industrial.

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Asegurada la inocuidad del grano, procedieron a prolongarle la vida útil enlatándolo y envasándolo en frascos de vidrio para exportarlo.

Comenta la investigadora que se han establecido pequeñas empresas que van en crecimiento y que buscan otros usos como aprovechamiento en aceites, harinas, proteínas hidrolizadas.

El chocho está entre los vegetales llamados funcionales porque además de su alto valor proteico tiene efectos benéficos en la salud humana al regular el colesterol, fuente importante de calcio, nivelador del contenido de azúcar en la sangre, estreñimiento, entre otros.