Después de varios años de matrimonio, el amor, la pasión, la costumbre y la rutina se entrelazan produciendo un cimbronazo en la vida de la pareja. La crisis de los siete años es uno de los clásicos exponentes de esta situación. ¿Cómo se siente y cómo se supera?

A comienzos de 2004 se estrenó una película francesa llamada 7 años de matrimonio, que contaba la historia de una pareja que luego de su séptimo aniversario atravesaba una profunda crisis producto de la rutina y la pérdida del deseo sexual.

Consultado sobre la elección del tema, el director, Didier Bourdon, explicó que había elegido la sexualidad entre las diferentes maneras de abordar la dolorosa cuestión de la crisis matrimonial.

Publicidad

En este caso, de un peculiar tipo de crisis matrimonial, la de los 7 años, que según indica la creencia popular es el momento del cansancio o del desgaste.

La barrera de los 7 años puede ser la disparadora de lo que muchos psicólogos conocen como "crisis de habituación": la vida en pareja, los hábitos y la rutina, suelen teñirse de una sensación de hastío. En la pareja pueden observarse como primeros indicadores los fallos de comunicación, la apatía, la disminución de las ganas de compartir con el otro y un menor deseo sexual, entre otros.

En toda relación de pareja sobrevienen crisis. Algunas son completamente normales y se inscriben dentro del proceso de maduración conyugal. Cualquier matrimonio es susceptible de pasar por un momento difícil. La crisis es entendida como un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizada principalmente por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando los métodos usuales para la solución de problemas.

Publicidad

La ansiedad, la depresión y los conflictos conyugales son las causas de mayor consulta psicológica. Además de la crisis de los 7 años, los psicólogos han identificado otros dos momentos de dificultad en la vida en común, que tiene que ver con el orden natural de la vida: la llegada del primer hijo, y la marcha de los hijos del hogar.

Pero hay otras situaciones que no necesariamente afectan a todas las parejas. Sin embargo, cuando se presentan, resultan en extremo conflictivas y muy complejas.

Publicidad

El descubrimiento de una infidelidad, la excesiva dedicación a la vida profesional por parte de uno o los dos miembros de la pareja, y las situaciones externas como accidentes o enfermedades, son cuestiones muy difíciles de sobrellevar y suelen ser disparadores de conflictos conyugales. En los momentos en que surgen los desencuentros dentro de una pareja, la estabilidad mental y emocional empieza a tambalear. Es muy fácil dejarse llevar por el enfado, el rencor o el despecho. En una situación de fragilidad emocional, existen factores como el cansancio, el estrés, los problemas laborales, familiares y económicos, que interfieren en la vida en común.

La crisis de los 7 años está caracterizada por la llegada de la inevitable rutina y cierta sensación de hastío. Muchas veces, uno de los miembros de la pareja asume el papel de víctima y pone barreras a la comunicación. Hay ciertas modalidades que aconsejan los especialistas, a la hora de afrontar los conflictos. Entre ellas, la de abordar un solo problema a la vez, y hacerlo en un lugar privado y tranquilo. Se recomienda centrar la atención en las soluciones, y aprender a enfocar la crisis como parte del camino que se transita durante la vida en pareja. Así como en el primer aniversario se festejan las bodas de papel, después de quince años, las bodas de cristal, y a los cincuenta años, las bodas de oro, el aniversario del séptimo año se conoce como bodas de lana.

Uno de los principales secretos del tejido con lana es cultivar la paciencia necesaria para tejer y destejer hasta que se adquiere la técnica. Y así también es el arte de la convivencia.