“¡Moriré en el intento!”, era la frase que repetía cada vez que se encontraba con un problema el coronel Gutiérrez, pero no murió en el intento de tomarse los poderes del Estado, porque se dio cuenta que era más sano huir.

Nunca supo conducir el país, solo fue un dictadorzuelo que funcionaba como instrumento para fines políticos de ciertos líderes de partidos; perdiendo el control social y político por sus decisiones mal aplicadas, haciendo gala descarada sobre el conocimiento de la Constitución.

Gracias a Dios aquel ya es pasado. Ahora hay que trabajar por un futuro más seguro para el país, y la mejor forma de hacerlo es sufragando por quienes  demuestren verdadera capacidad de servir al pueblo, y no por personas que solo insultan y mal entienden de política social.

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Lcdo. Lenín Francisco Morán Peña
Guayaquil

El clamor popular era que el dictador renunciara, que se fuera a su casa.

Él declaró a los cuatro vientos la lucha contra la corrupción, pero  hizo todo lo contrario al  traer con su Corte de facto a tres prófugos de la justicia, y encima, seguía defendiendo que los fallos de facto de lo que fue su “pichicorte” eran válidos e inamovibles.

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Se lo destituyó por corrupto, por llenar las instituciones del Estado con parientes, hermanos, primos, cuñados...; por llenar los ministerios de gente incapaz que no solucionó ningún problema, no se preocupó de las escuelas y colegios fiscales deteriorados; no solucionó el paro médico que ya va en su novena semana. Nos quiso ver la cara de tontos a todos  con sus cadenas televisivas haciendo creer que era un genio de la economía, que no hubo paquetazo y que había bajado la inflación, cuando todos sabemos que eso fue porque el precio del petróleo está alto. No cumplió su palabra de combatir la corrupción y trajo a corruptos para que se paseen por Guayaquil libremente.

Ing. Carolina Elizabeth Ortega Cuesta
Guayaquil

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El pueblo ecuatoriano se ha caracterizado por ser valiente y digno. En estos días Quito lo ha demostrado hasta la saciedad al no dejarse atropellar por la inmoralidad del gobierno que el miércoles cesó.

En las manifestaciones populares no hubo distingos de clase social,  edad ni  de sexo; todos salieron a protestar por el maltrato de los gobernantes y legisladores.

Ellos pidieron cambio de gobierno y que los diputados se larguen a sus casas por incapaces, corruptos y que se diera un nuevo orden constitucional donde los dignatarios de las cortes, los tribunales Constitucional y Electoral sean gente representativa y honesta que nada tengan que ver con los gastados partidos políticos.

¿Cómo entrar ahora a una real y justa conducción de todos los poderes del Estado?

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Solo una Asamblea Constituyente, no partidista, donde se nombre a independientes, hombres y mujeres honorables, podrían enrumbar el futuro del país.

Ojalá se haya puesto fin a la partidocracia.

Dr. Fausto Merino Mancheno
Muisne