El Gobierno de Brasil ya decidió concederle al ex mandatario Lucio Gutiérrez asilo político informó anoche la agencia AFP. Pero este recurso aún no se ha hecho efectivo porque el trámite demora algunos días explicó un funcionario de la Embajada de ese país en el Ecuador.

A las 10h20 de ayer cambió la suerte del entonces presidente de la República, Lucio Gutiérrez. 55 diputados de oposición decidieron salirse de las instalaciones del Congreso para ir a sesionar al Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal).

A las 11h45 se instalaron en sesión, la socialcristiana Cynthia Viteri fue designada primera vicepresidenta y luego presidenta encargada, y para cuando aprobaron la moción de la destitución de Gutiérrez, por “abandono del cargo”, ya tenían 60 votos, de 62 presentes. Los diputados tuvieron que esperar a que Alfredo Palacio llegara a Ciespal para posesionarlo como nuevo Mandatario, a las 14h10.

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Pero no solo fue la votación del Parlamento lo que hizo que Gutiérrez dejara Carondelet; sino también el anuncio de las Fuerzas Armadas (a las 13h10), de retirarle su apoyo.

Casi al mismo tiempo, en el Centro Histórico, arreciaba la represión contra miles de quiteños que salieron en el octavo día de protestas gritando “Lucio fuera” y “que se vayan todos”. Dos horas antes, había renunciado el comandante de Policía, general Jorge Poveda.

Por eso, cuando el entonces ministro de Gobierno, Óscar Ayerve, dio una rueda de prensa en Palacio para anunciar la separación de Bolívar González, subsecretario del Ministerio de Bienestar Social; y el pedido de Gutiérrez para que el ex mandatario, Abdalá Bucaram, abandonara el país, en un intento de calmar los ánimos, ya era tarde.

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A las 14h30, un helicóptero Gazelle militar recogió al destituido coronel Gutiérrez. La aeronave fue recibida con un fuerte aplauso por parte de los manifestantes en la Plaza de Armas, donde cientos de personas se concentraban.

Una fuente militar de Carondelet afirmó que cuando los generales le informaron a Gutiérrez que debía salir de la Presidencia, este se negó y dijo: “Solo muerto me sacan del Palacio”. Ante esa respuesta, el Gral. Miguel Maldonado pidió que lo dejaran solo con el ex mandatario, con quien conversó de 5 a 10 minutos, lapso en el que convenció al ex jefe de Estado para que abandonara la casa de gobierno. El helicóptero paró en la terraza del edificio La Unión para recogerlo, pues Gutiérrez salió por el túnel que conecta el palacio con la Vicepresidencia.

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Mientras tanto, decenas de manifestantes se dirigieron al aeropuerto internacional Mariscal Sucre y la I Zona Aérea (que comparte la pista), donde se preveía el arribo de Gutiérrez para dejar el país.

Un medio de comunicación afirmó que Gutiérrez, antes de salir de la Presidencia, tramitó un asilo político en Panamá, pero esta versión fue negada por el Embajador de ese país.

Cerca de las 15h00, se confirmó el arribo de Gutiérrez al aeropuerto acompañado de su esposa, la diputada Ximena Bohórquez, y sus dos hijas.

El ex presidente intentó abordar una avioneta de las Fuerzas Armadas en la pista del aeropuerto, pero los manifestantes que allí se encontraban se lo impidieron. Además, para esa hora la fiscal (e) Cecilia Armas había pedido oficialmente a la Policía Nacional que Gutiérrez y el ex subsecretario, Bolívar González, fueran detenidos por el asesinato de dos personas en el Ministerio de Bienestar Social.

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Posteriormente, mientras se especulaban los posibles paraderos del coronel y sus familiares (como que estaba en la base militar la Balbina que luego se desmintió), el gobierno de Venezuela afirmaba que no tenía “inconveniente” en dar asilo al depuesto presidente ecuatoriano, según declaraciones del canciller venezolano, Alí Rodríguez, aunque todavía no había trámites.

Periodistas venezolanos llamaban a los medios ecuatorianos para verificar si Gutiérrez arribaría a Maracaibo. En la noche, el embajador de Brasil en Ecuador, Sergio Florencio, confirmó que Gutiérrez se encontraba en su domicilio y que solicitó asilo diplomático. Brasil aceptó concederlo pero el trámite aún continúa.

Este fue el triste epílogo de la crisis política que se inició el 8 de diciembre pasado, cuando una mayoría afín al régimen destituyó a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y nombró una nueva, con lo cual se iniciaron las protestas políticas y ciudadanas.

Pero lo que colmó a los quiteños fue la decisión del entonces presidente de la CSJ, Guillermo Castro Dáger (PRE), amigo personal del ex presidente Abdalá Bucaram (PRE), de anular dos juicios que se seguían en contra del líder del PRE, quien arribó el 2 de abril a Guayaquil. Castro también anuló los procesos contra el ex jefe de Estado Gustavo Noboa y del ex vicepresidente Alberto Dahik.

La ciudadanía esperó a la asamblea de Quito, que demoró su decisión de paro en espera de una resolución del Congreso. Y cuando finalmente el paro del 13 de abril fracasó, la gente decidió, esa noche, tomarse las calles para que Gutiérrez se fuera.