El contexto político del país es sombrío, nadie se atreve a lanzar una seria esperanza positiva, por temor de ser considerado bufón de esquina.

El presente es claro; nadie duda que es la consecuencia del ayer cercano. Es difícil tener una visión del mañana dado el laberinto político que ha formado generalidad política de nuestro tiempo.

Lo que ocurre pasa de ser una etapa de cambio a una de corrupción en que todo vale. La Constitución, la Ley Suprema escrita y puesta en vigencia mediante juramento, de ecuatorianos para ecuatorianos, está pisoteada, y los hacedores de la política, a su manera, desbaratan el camino republicano y democrático en beneficio de que para gobernar (¿) todo vale: el trompón, el insulto, el camisón de la abuela, etcétera.

El país se desangra, y como la punta del hilo liberador no asoma, el tiempo nos devalúa, mientras funcionan guerras, tratados, corrientes económicas, adelantos de la ciencia y la tecnología, etcétera. Los gobiernos han carecido de visión de futuro, desconocen las fuerzas que lo conforman: la tecnología, la economía y los movimientos políticos de masas. (Si al leer las noticias diarias las juzgamos con estos parámetros, tendremos conclusiones muy importantes acerca del mañana).

Desde que llegó a la presidencia, el coronel Lucio mostró sus garras: no le temía al estancamiento económico y prefería luchar contra molinos de viento: los “banqueros corruptos”, que al parecer no son todos los que están ni están todos los que son. ¿Por qué las generalizaciones...?

Todo este pasado tendrá incidencia en las tensiones y disfunciones del futuro político; mientras las medidas que se tomen para enderezar el entuerto de hoy tendrán que ser, necesariamente, de efectos inmediatos, su duración y consecuencias se podrán sentir solo en el largo plazo.

Ha comenzado el movimiento político de masas, fuerza conformadora del futuro. Con los hechos que están sucediendo y las tendencias que se manifiestan claras,  las cosas podrían  empeorar. En base al temperamento del Presidente, hasta el momento la oposición lo explota bastante bien.

El panorama político es bastante claro para tener base para la planificación de contingencias de los negocios. Sin embargo, el capitalismo nuestro, tomado como inversión redituable para el crecimiento económico y el empleo, debe tener presente los factores de incertidumbre: la falta de visión de futuro de los gobiernos para la acción de crecimiento; la estructura en que se está construyendo el TLC; la situación mundial del dólar (¿qué le pasará al Ecuador con su economía y el dólar que se devalúa?); y la expectativa de los paraísos tributarios por ser los beneficiarios de todo dinero que busque seguridad.