Nuevo pontífice afirmó que continuará la labor que realizó su predecesor, Juan Pablo II.
 
El papa Benedicto XVI se comprometió ayer a trabajar en pos de la unificación de todos los cristianos, a estrechar contactos con otras religiones y a seguir implementando las reformas del Concilio Vaticano II.

En su primer mensaje como pontífice, luego de oficiar la misa, el Santo Padre trazó sus objetivos y dejó en claro que su pontificado seguirá de cerca la trayectoria de su predecesor Juan Pablo II.

Benedicto, el ex cardenal alemán Joseph Ratzinger, enumeró las prioridades de su papado en un mensaje leído en latín a los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina.

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Benedicto se refirió a Juan Pablo varias veces, incluyendo una referencia al testamento del Papa fallecido el 2 de abril, en el que había manifestado su deseo de que se aplicaran los principios del Concilio Vaticano II de 1962-65.

“Yo también deseo afirmar decisivamente mi compromiso a seguir implementando el Concilio Vaticano II, en continuidad con mis predecesores y en fiel continuidad con la tradición de la Iglesia de dos mil años”, afirmó.

Juan Pablo I, con Ratzinger como guardián de la ortodoxia, apoyó las reformas del Concilio pero reprimió lo que ambos consideraban excesos, incluyendo los llamamientos a abolir el celibato sacerdotal y a permitir la ordenación de las mujeres.

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Con vestimentas doradas y la mitra blanca y áurea, Benedicto XVI, el ex cardenal alemán Joseph Ratzinger, ingresó a la Capilla Sixtina para celebrar la misa, rodeado de los cardenales que lo eligieron Papa en el mismo recinto un día antes. Inició el oficio con una plegaria en latín.

Juan Pablo II “deja una Iglesia más valiente, más libre, más joven”, “que  mira con serenidad al pasado y no tiene miedo del futuro”, afirmó el nuevo  pontífice, que llevaba en la mano la cruz del papa polaco, a quien se imaginó  en voz alta mirándole y diciéndole: “No tengas miedo”.

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Rito cumplido
El papa Benedicto XVI rompió ayer los precintos del apartamento pontificio, que fue legalmente cerrado  el pasado 12 de abril, cuatro días después de los funerales de Juan Pablo II.

Es un rito de las normas vaticanas, aunque el nuevo Pontífice no residirá aún en el apartamento, que será remodelado y se alojará en la residencia Santa Marta, donde vivieron los cardenales electores durante el Cónclave.

Juan Pablo II, quien vivió por más de 26 años en el tercer piso del palacio apostólico, no modernizó la residencia y en los últimos meses tuvo que adecuarla para poder alojar al personal médico y enfermeras que lo asistían  por sus graves condiciones de salud. 

Más de 500.000 personas asistirán el domingo en el  Vaticano a la misa de inauguración del pontificado de Benedicto XVI, estimó la protección civil italiana.
El Pontífice asumirá formalmente el domingo durante la tradicional liturgia de inicio de pontificado que se celebrará en la basílica de San Pedro, aunque se considera que el papado del alemán Joseph Ratzinger comenzó  prácticamente el martes cuando aceptó reinar como sucesor de Juan Pablo II.

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