El Senado de Estados Unidos analiza la mayor reforma de las leyes de inmigración de la última década, al debatir proyectos que incluyen legalizar el estatus de cerca de un millón de indocumentados.

Las votaciones migratorias forman parte del debate en el Senado de un proyecto de ley que asignaría unos 80.600 millones de dólares para las campañas militares en Iraq y Afganistán.

El presidente de EE.UU., George W. Bush, ha pedido esos fondos adicionales al presupuesto militar –que este año supera los 410.000 millones de dólares– y los legisladores –republicanos y demócratas–, seguros de que el Congreso aprobará la ley, le han añadido enmiendas de todo tipo, incluidas las de inmigración.

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La senadora Bárbara Mikulski, demócrata por Maryland, ha promovido una enmienda cuya finalidad es establecer por dos años una excepción al límite actual de 66.000 visados de trabajo temporal anuales para extranjeros, mientras el senador republicano Saxby Chambliss, de Georgia, ha propuesto la creación de una “tarjeta azul”, que tendría una vigencia de hasta tres años para los inmigrantes indocumentados que hayan estado en EE.UU. desde el pasado 1 de abril, y que trabajen por lo menos la mitad del tiempo en la agricultura.