El artista español actuó casi dos horas en el teatro Ferias de Durán, el miércoles pasado. Allí interpretó los temas de sus discos Corazón latino (2002) y Bulería (2004), entre ellos, Lloraré mis penas y Oye el boom.

Hubo un contraste aproximadamente a las 22h15 del miércoles pasado. David Bisbal estaba de rodillas, al borde del escenario de unos 40 metros de largo que tiene el teatro Ferias de Durán, al que acudieron aproximadamente 10 mil personas.

Y en esa posición cantaba “esta ausencia me grita/ que se acaba la vida/ porque no volverás, volverás, volverás...” (del tema Esta ausencia), mientras recibía una lluvia de rosas de sus fanáticas.

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Y lo del contraste fue porque ni muy bien terminó aquella melodía, una ensordecedora percusión anunció el tema Lloraré mis penas, en el que la energía del cantante español (nacido el 5 de junio de 1979 en Almería) no tuvo límites.

Su concierto, que había empezado a las 21h00 con canciones como Camina y ven, Corazón latino, Permítame señora, su conocidísima Ave María y otras, llevaba cerca de hora y media, pero Bisbal casi no había dialogado con su público. Hasta ese momento solo se limitaba a interpretar sus temas, uno tras otro, sin parar.

El “lloraré, ay lloraré/ lloraré las penas de este corazón enamorao” de aquella canción enganchaba otras frases como “mi corazón está en Ecuador, aquí en Guayaquil”, mientras sus bailarinas lo besaban, ante la envidia de sus seguidoras, pero como era parte del show, los bailarines simularon una escena de celos en la que Bisbal pedía el apoyo a su público. Todo eso sin contar las patadas que dio a los gigantescos globos que cayeron entre la gente de la zona Vip y el escenario.

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Fue la canción en la que el artista interactuó con el público con palabras incitantes como “¿Estamos a gustito? ¿Bailamos juntitos o qué?”.

Bisbal alternó los momentos movidos con los románticos con temas como Desnúdate mujer, en el que utilizó un sofá en el escenario, o Dígale, en el que se limitó a ver cómo su público interpretó la mitad de la canción.

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Y esas melodías románticas le sirvieron para recuperar las energías gastadas en sus cortes bailables, que mezclaban el pop con el flamenco.

Eran las 22h20 y a esa hora terminaba la canción Lloraré mis penas, pero el ritmo no decrecía, al contrario era más intenso porque después de eso vinieron Amores del sur, Oye el boom y Bulería, en la que sus bailarines mostraron una imagen semejante a la de gitanos.

A las 22h50, entre el “bulería, bulería, tan dentro del alma”, pronunció “gracias, hasta siempre”. Dejó de cantar y de inmediato cayó una lluvia de papel picado en colores azul y verde para despedirlo.

NOTAS

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Dificultades para ingresar
Sucedió que las credenciales otorgadas por la agencia De Maruri no servían para ingresar al concierto de Bisbal, se necesitaba otra que debía ser entregada en la puerta de acceso, pero cuando empezó el recital ninguna persona que autorice estuvo allí.  Eso incomodó a varios medios de comunicación, que desconocían la medida para entrar.  Finalmente, Christian del Álcazar, de Top Shows, organizador del recital, solucionó el inconveniente.

Show se va a Quito
El próximo sábado  será el concierto de Bisbal en el coliseo Rumiñahui, de Quito.  Como pasó en Guayaquil, Telefónica Movistar compró el espectáculo a Top Show para que lo disfruten sus clientes.