Siempre me ocurre lo mismo y no hay a quién acudir o que dé una solución, pues la respuesta en las dependencias del Correo es siempre la misma: “Si le abrieron el paquete o la caja, no es culpa nuestra”, o “si le abrieron la carta, habrá sido el cartero”.
Un familiar nos manda Europa cartas con tarjetas musicales o de esas que traen muñequitos pegados, cajas con dulces, regalos y ropa, y hasta ahora nos ha tocado un envío completo; siempre lo entregan con faltantes, pues ha sido manipulado. Por ejemplo, si nos llegan tarjetas de cumpleaños, estas aparecen “peladas” sin los adornitos que traían pegados, pues han sido arrancados; si recibimos chocolates, estos aparecen despegados “nadando” solo unos tres o cuatro en sus envases de una docena; si llegan cajas con camisetas, blusas, pantalones, solo aparecen tres de las diez piezas que nos mandaron. Hasta las fotos familiares se las han robado.
Y luego, cuando uno reclama en esas dependencias, nadie sabe nada y encima hay que pagar para retirar la encomienda. Igualmente, cuando se trata de sobres pequeños que los trae el cartero, los recibimos adulterados.
Publicidad
¡Qué corrupción!
Jaime López
Guayaquil