Seguimos y seguiremos reclamando, pero la vida sigue adelante. Se van afianzando una Corte y un sistema inaceptable de compadrazgos y amistades, pero también hay otros temas que el país debe enfrentar. Para crecer, para ofrecer algo más que la estabilidad y la ilusión. Más empleo, mejor nivel de vida. Para eso se necesitan reformas estructurales, en parte las que ofrecía la Ley Topo, pero más analizada, profundizadas, discutidas y digeridas.

El petróleo. Los números son sencillos pero desesperantes. La producción de Petroecuador ha caído casi 50% en 10 años; a los precios de hoy, una merma de 1.500 millones de dólares anuales (¡sí 1.500, ni un centavo menos!). El conjunto de otras ineficiencias alcanza no menos de 600 millones anuales… ineficiencia es la palabra educada que esconde una gran cantidad de hechos concretos: corrupción, incapacidad, robos, malos contratos, falta de decisiones, etcétera.

La electricidad. Otro número sencillo. Estamos pagando 60% más de lo necesario por las tarifas eléctricas, esto significa que los hogares y empresas desembolsamos en exceso 400 millones anuales.

Y la Seguridad Social no se queda atrás. Del sueldo de cada ecuatoriano que trabaja en el sector formal, 28,33% va a pagar sus aportes, a lo que se suman los gastos paralelos por mala calidad de la cobertura y del servicio (dispensarios médicos en las empresas o seguros privados) y lo que el Estado con nuestros impuestos aporta para complementar el sistema. Un costo total equivalente, probablemente, al 35%. Ahí hay un exceso de por lo menos 200 a 300 millones de dólares anuales.

Sume todo esto, superamos los 2.500 millones anuales. Y solo hemos hablado de tres casos, hay mucho más por evaluar. No nos asustemos más. ¿Le parece justo que estos problemas no se enfrenten? ¿Que desperdiciemos ese monto impresionante de recursos? ¿Que el Congreso y el Gobierno no sean capaces de enfrentar estos problemas? La razón para no hacerlo no es la ignorancia, sino el interés. Alguien lucra (amigos, socios, parientes, partidarios) cuando estos problemas no se resuelven. Pero es inaceptable que se hayan creado sistemas tan ineficientes para que algunos lucren. Casi, casi sería mejor regalarles unos cuantos millones al año para que se repartan, pero a condición de que resuelvan los problemas. La sociedad saldría ganando.

Lo grave de todo esto es que la estabilidad política depende de los políticos y las reformas estructurales también. Estamos en sus manos. Nos han fallado y nos siguen fallando. ¿Tendrán en esto la capacidad de superarse? Dudo mucho. Seguirán mirando su pequeño mundo lleno de intereses y usufructuando de una u otra manera: poder, dinero, juicios, deudas. ¿Cómo se cambia o se mejora la clase política y el liderazgo en un país? Si alguien tiene ideas, por favor, necesito ideas y sugerencias.

Nota: Que, por favor, el mediocre Gobierno con el que vivimos (soportamos) no crea que ha tenido una victoria en estos días. Han ganado sus pequeñas estrategias políticas de alcoba, ha perdido el país, pero eso no le hace perder el sueño.