Para entendidos y las bases católicas, la mayor tarea del sucesor de Juan Pablo II será democratizar la Iglesia y darle un rostro más  humano y menos autoritario.

En pleno siglo XXI cuando la democracia se defiende como derecho fundamental de los pueblos, 115 cardenales, la mayoría  ancianos y ajenos a los grandes problemas del mundo como el hambre o el sida,  elegirán a un Papa para más de 1.100 millones de católicos.

“No puedo entender cómo la Iglesia puede dejar la decisión de elegir a su  líder en manos de 115 personas”, asegura el teólogo Juan José Tamayo, para quien el cónclave del 18 de abril será un mero “encuentro de notables” que no representará a los fieles, sobre todo a las  mujeres, que son “la mayoría de los católicos” y las “grandes excluidas”.

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“Y lo más preocupante es que se implique en esta elección al Espíritu  Santo. ¿Cómo el Espíritu Santo puede dar legitimidad a una decisión en la que se impide la participación de los 1.100 millones de católicos?”, se preguntó Tamayo.

En la Biblia no se indica cómo elegir al sucesor de Pedro. En el año 1059 y para terminar con la influencia de las grandes familias o de los reyes de la época, el papa Nicolás II confió el nombramiento  del Pontífice a los cardenales.

En el siglo XX, Paulo VI quiso incluir entre los electores a obispos, pero los cardenales dijeron que no era apropiado.

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Pero esta semana la Asociación de Teólogos progresistas Juan XXIII pidió de nuevo que los obispos participen en el cónclave al recordar que la Iglesia Católica incluye a 4.605 obispos, 405.058  sacerdotes, 782.932 religiosas, 143.000 misioneros y más de 2,7 millones de  catequistas.

Sin embargo, “la elección del Papa está en manos de 115 prelados con una  edad media de 75 años”, lamentaron, pidiendo la abolición del colegio de cardenales y otras estructuras. Las bases de la Iglesia recuerdan además que los cardenales han vivido encerrados en el Vaticano, no han visto de frente los grandes problemas del mundo e  ignoran las aspiraciones de los cristianos.

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“Ojalá fueran los representantes de toda la cristiandad, mujeres incluidas,  los que eligieran al Papa. No hay objeción dogmática que lo impida pero hay que superar la mentalidad patriarcal de la Iglesia”, dijo el teólogo brasileño  Leonardo Boff, condenado al silencio por el Vaticano.

Para el analista latinoamericano Isaac Bigio, la mayoría de los países del mundo se rige por democracias representativas, alentada por la Iglesia  Católica, pero cuando a esta le toca elegir a su líder “mantiene estructuras del feudalismo o de la época de los Césares”.

La composición del colegio de cardenales tampoco es  un ejemplo de democracia: la mitad de los católicos del mundo es de  Latinoamérica, pero solo 21 cardenales proceden de esa región. Europa, donde solo reside el 23% de católicos, tiene 58 electores.

PREPARATIVOS

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Dos opciones
Según el diario Corriere della  Sera, dos bandos parecen perfilarse entre los cardenales cuando faltan cuatro días para el inicio del cónclave: uno conservador y continuista en torno al influyente cardenal alemán Joseph Ratzinger, y otro más progresista alrededor  del liberal italiano Carlo María Martini.

Charla
Los cardenales escucharon ayer del predicador de la casa pontificia, el padre Raniero Cantalamessa, una plática sobre los problemas de la Iglesia y de cuál sería el mejor tipo de individuo capaz de guiarla, mientras seguían sus preparativos para el cónclave.