Japón acusó ayer a China de avalar la xenofobia antijaponesa por las marchas antiniponas de la semana pasada.
Las autoridades chinas están furiosas por la reedición en Japón de un libro de historia que, a su entender, minimiza las brutalidades del imperialismo nipón.
Tokio afirmó que ya ha manifestado en varias ocasiones su “profundo arrepentimiento”.