Cientos de ecuatorianos se concentraban este jueves por  la noche en el norte de Quito para protagonizar un cacerolazo contra el  presidente Lucio Gutiérrez, cuya renuncia exigen por considerarlo un "dictador"  en medio de una crisis política y judicial.
 
"Lucio fuera, Lucio fuera" y "democracia sí, dictadura no", gritaban los  manifestantes, quienes voluntariamente iban sumándose a la protesta con  cacerolas que hacían sonar con golpes de palos y cucharas.
 
En la multitudinaria protesta participaban hombres, mujeres y niños,  quienes portaban ollas, sartenes, tapas y cuanto utensilio de cocina sirviera  para mostrar su rechazo contra Gutiérrez.
 
La gente se concentraba en la avenida Shyris, en el norte de Quito, donde  incluso pedía a los vehículos que transitaban por esa vía que toquen las  bocinas.
 
"Aquí en el Ecuador hay que asfixiarles a los malos políticos con la  condena pública, no hay que dejarles ningún espacio de aire", manifestó el  coronel (r) Luis Hernández, quien participa en la oposición a la administración  de Gutiérrez.
 
"El que no salta es Lucio, el que no salta es Lucio...", también coreaban  los manifestantes mientras brincaban bulliciosamente.
 
Los manifestantes también ondeaban banderas tricolores de Ecuador y  portaban globos para el "gran reventón" previsto para más tarde, cuando todos  de manera simultánea los harán estallar como forma de condena al Ejecutivo.
 
La ciudadanía además reclama el cese de la Corte Suprema de Justicia (CSJ),  a la cual considera ilegítima tras ser reestructurada por una mayoría  legislativa afín al gobierno de Gutiérrez con una simple resolución, adoptada  el 8 de diciembre último.
 
Diversos sectores políticos, sociales y de la producción que se oponen al  gobierno nacional están protestando para exigir el cese de la CSJ y la dimisión  de Gutiérrez, quien tomó posesión el 15 de enero de 2003 para un período de  cuatro años, tras ganar los comicios populares de 2002.
 
Siendo coronel del Ejército, Gutiérrez lideró un grupo de oficiales que se  insubordinó y respaldó una rebelión indígena, que desencadenó un golpe de  Estado que derrocó al entonces presidente constitucional, Jamil Mahuad, en  enero de 2000.
 
A pesar de intensos esfuerzos y negociaciones, la oposición no ha logrado  armar una mayoría en el unicameral Congreso (51 de los 100 votos) para cesar a  la CSJ, al tiempo que Gutiérrez manifestó que no permitirá que los partidos  políticos opositores destituyan a los magistrados para tomar el control de ese  máximo tribunal una vez más.
 
"Moriré en mi propósito de despartidizar y despolitizar a la justicia",  dijo el jefe de Estado, quien desde su campaña electoral ofreció lograr que los  tribunales "no sean dependientes de los partidos y de la política, sino  totalmente independientes y transparentes".