El gobierno brasileño repudió la "actitud racista"  del futbolista argentino Leonardo Desábato (Quilmes), detenido el miércoles en  Sao Paulo bajo la acusación de haber proferido insultos de ese tipo contra su  colega Grafite (Sao Paulo), durante un partido de la Copa Libertadores de  América.
 
"El grave incidente ocurrido ayer (...) es un paso más en la escalada de  prejuicios y discriminación en los estadios de fútbol de todo el mundo, con  manifestaciones de hinchadas y atletas contra jugadores afrodescendientes,  incluyendo brasileños", dice una nota conjunta del Ministerio de Deportes y de  la Secretaría de Promoción de la Igualdad Racial (con rango ministerial).
 
Los titulares de esos dos ministerios, Agnelo Queiroz y Matilde Ribeiro,  repectivamente, "repudian cualquier manifestación de prejuicios, discriminación  y xenofobia en el deporte nacional e internacional", prosigue el documento.
 
"La actitud racista del jugador argentino va contra todos los valores de  igualdad, respeto y unión promovidos por el deporte", añade.
 
El gobierno brasileño actuará ante instancias nacionales e internacionales  "para que adopten medidas concretas para desterrar definitivamente de los  espectáculos deportivos la discriminación racial", considerada como "una  amenaza para la democracia", concluye la declaración.
 
Desábato fue transferido este jueves a un centro de detención de Sao Paulo  y la justicia de esa ciudad dispuso una fianza de 10.000 reales (unos 3.879  dólares) para su liberación provisional, así como la disposición de impedirle  abandonar el país hasta tanto no se resuelva que pena recibirá bajo el delito  de injuria agravada por racismo.
 
Grafite denunció a Desábato porque éste le habría llamado "mono" y "negro"  entre otras cosas durante el partido que Sao Paulo le ganó 3-1 al Quilmes, por  el Grupo 3 de la Libertadores, en el estadio Morumbí local.