Un antiguo galpón en la base científica argentina Jubany, una de las ocho ubicadas en la isla Rey Jorge –25 de Mayo, en su denominación argentina–, se convirtió el pasado lunes en la primera sala de cine de la Antártida.

“No es solamente un lugar cualquiera donde se pueden ver películas, es una auténtica sala de cine, con 53 butacas, con sonido cuadrafónico”, señala Jorge Coscia, presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) argentino, que ha gestionado el proyecto.

La aspiración es que la sala se convierta en el auténtico cine del barrio para los habitantes de las ocho bases que hay en un radio de 35 kilómetros, con los que los residentes de Jubany se intercambian visitas. La sala se inauguró con el filme Luna de Avellaneda, del director argentino Juan José Campanella.  El  realizador asistió a la ceremonia.