En este país se tiende a generalizar todo o casi todo. Nada es bueno, nadie es bueno.

Como integrante de la comisión que receptó los exámenes de oposición a maestros que aspiraban a la función de director, puedo aseverar que lo ocurrido fue un caso aislado. Una sola maestra cometió el error de intentar copiar, y la Directora de Educación le retiró el instrumento de evaluación. Hasta pareció un acto premeditado.

En el paralelo a mí asignado para este menester, una sola maestra contestó un segundo su móvil, aunque les expresé, al incitar la prueba, que apagaran esos aparatos que ya son hasta indispensables en nuestra vida. Un gran número de maestros de mi paralelo permaneció concentrado en contestar honestamente los veinte cuestionarios, durante casi tres horas. Muchos de ellos, jóvenes docentes, cubrieron mis expectativas y otros me asombraron con sus respuestas que demostraban que ya están en la era de la reflexión crítica,  creatividad.

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Dr. Rodolfo Pinzón Bravo
Guayaquil