El fallecimiento del papa Juan Pablo II sinceramente ha conmovido al mundo de todas las religiones.
Una de las características del Papa fue la de peregrino, llevando el mensaje de Jesús a todas las metrópolis que de una u otra forma sus habitantes se separaban del árbol formado por la religión católica. Podríamos decir que su santidad, el Papa, rebautizó a todo el mundo católico, y por la misma razón sentimos profundamente su deceso.
Ab. Andrés Morán Morán
Guayaquil
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Como cualquier mortal, el papa Juan Pablo II ha partido al más allá y desaparecido físicamente de la Tierra para reunirse con el Todopoderoso, que sin duda le tiene reservado un lugar especial en el firmamento.
Pero la humanidad siempre lo recordará, no solo por su espíritu inquebrantable ante las adversidades (atentado criminal y enfermedades crónicas sufridas) sino por la postura vertical frente a controversiales temas, como la eutanasia, la clonación, el homosexualismo, el sida, la migración, la pobreza, el intervencionismo militar, y hasta los pecados cometidos por la Iglesia Católica en el pasado.
Ojalá que las sabias enseñanzas y los valores éticos y morales que el Sumo Pontífice transmitió durante su largo papado y permanentes viajes que realizó alrededor del mundo sirvan para que los fieles o creyentes de distintas religiones reflexionemos profundamente sobre la vida que llevamos, para tratar de ser cada día mejores personas y procurar el bien común para todos, porque como él dijo “no puede haber paz sin justicia, ni justicia sin perdón”.
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Lcdo. Jhonny Muñoz Lima
Guayaquil