Surgen posibles candidatos de consenso: el canciller peruano  Manuel Rodríguez, el ex presidente panameño Arístides Royo  y el canadiense Paul Durán.

Los gobiernos americanos se reunieron el lunes en un intento de superar en unidad uno de los capítulos más vergonzosos de la Organización de los Estados Americanos, pero terminaron el día con una nueva tarea: luchar contra la división.
Después de cinco votaciones el ministro chileno del Interior, José Miguel Insulza, y el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, no pudieron superar un empate 17-17 que obligó a otra elección.

Los nuevos comicios se realizarán el próximo 2 de mayo en Washington, 27 semanas después de la renuncia del ex presidente costarricense Miguel Ángel Rodríguez, acusado de corrupción en su país.

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Según fuentes diplomáticas y analistas, el poder de decidir la votación lo tienen los países caribeños, que fueron fuertemente presionados, pues la elección fue convertida por Washington y Caracas en un nuevo escenario de enfrentamiento internacional.

EE.UU., que prefiere a Derbez, tiene fuertes vínculos comerciales con los caribeños a través de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, que promueve el ingreso libre de cientos de productos al mercado estadounidense a cambio de gobernabilidad democrática.

Venezuela, que respalda a Insulza, tiene el arma del petróleo, una materia prima que se ha vuelto especialmente azarosa para el desarrollo económico de los pequeños países caribeños, a los que el presidente Hugo Chávez vende a precios especiales.

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El ex canciller brasileño Luiz Felipe Lampreia estimó ayer que en la OEA se refleja “una división entre un bloque liderado por EE.UU. y un bloque sudamericano”, que debilita a la entidad hemisférica.

El conservador diario argentino La  Nación señaló que EE.UU. fue el gran perdedor y que se evidenció “la división en América por bloques  regionales e intereses políticos”.

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A su vez el vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, afirmó que el empate en la elección de secretario general de la OEA es “sumamente importante porque demostraría que la región comienza a  liberarse del yugo del imperio (...) pues hasta ahora EE.UU. imponía sus candidatos sin discusión”.

“La negativa de cualquiera de los países a cambiar su voto revela una polarización en el continente”, señaló el diario mexicano El Universal, que agregó su preocupación porque “se percibe en la región que un voto por el canciller mexicano equivaldría a un voto en favor de EE.UU. y que un sufragio por (el candidato chileno José Miguel) Insulza es de apoyo al  presidente venezolano Hugo Chávez”.

Las negociaciones para sacar a la OEA de la crisis se trasladarán a Chile a fines de  abril, cuando llegue a Santiago la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, según voceros de la diplomacia chilena.