El fenómeno es visto como el sustento de la economía estadounidense,  los extranjeros residentes lo ven negativo por la explotación del trabajo.

¿La migración ilegal en EE.UU., es sustento de la economía?. Es la interrogante que flota entre sectores de la sociedad estadounidense, que manifiestan posiciones a favor y en contra de la llegada de ‘sin papeles’, en momentos en que centenares de civiles armados vigilan la frontera con México.

Los indocumentados que ingresan a EE.UU. por la frontera mexicana tienen dos efectos en la economía: bajan los salarios y ahorran costos fijos para los negocios pequeños.

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Los voluntarios que colaboran con la Patrulla Fronteriza en la captura de inmigrantes ilegales quieren detener el flujo de indocumentados y evitar el problema social que causa en Estados Unidos.

Según el fundador de Minuteman, James Gilchrist, “los indocumentados son esclavos modernos y los ‘coyotes’ que los transportan ilegalmente por la frontera son comerciantes de esclavos”.

Los ilegales permiten a los pequeños negocios ahorrar en sus costos fijos, esto es en los salarios de sus empleados.
Sin embargo, esto a su vez acarrea un problema social a los inmigrantes legales que llegaron primero y que enfrentan una baja en sus ingresos,  explicó Patricia Zurita, ex presidenta y fundadora del Comité Cívico Ecuatoriano en Nueva Jersey.

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Por su parte, el abogado estadounidense Michael Davis Velasco  sostiene que los inmigrantes son el sustento de la economía de EE.UU.    “La inmigración ilegal no podrá detenerse mientras la economía norteamericana dependa del trabajo de los migrantes que cada año ingresan”.

Sin embargo, EE.UU. ya no es lo que era hace 30 años cuando se trabajaba para ahorrar. “Ahora se parece a Ecuador, donde se trabaja para vivir. No le aconsejaría a ningún ecuatoriano que lo deje todo para venir ”, aseguró Zurita.

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Los servicios de los  ‘coyotes’ van de $ 20.000 a $ 25.000. Por eso los ilegales  por honrar sus deudas y sustentar a sus familias aceptan trabajos con bajas pagas.
“Se deben dar oportunidades en los países de origen”, dijo María Castro, presidenta de la Cámara de Comercio Hispana de Manhattan.