Problemas como deficiencias del mobiliario y la   infraestructura de los locales, daños por pedradas de pandillas, afectan a los centros fiscales que ayer iniciaron el año lectivo.

Aunque muchos de los planteles fiscales con régimen Costa no se encontraban en buenas condiciones para comenzar el nuevo periodo escolar, ayer debieron acatar la disposición del Ministerio de Educación.

En locales educativos fiscales como el Elsa Jurado Lascano y el Instituto Iván Castro, los estudiantes debieron recibir clases con pupitres, techos y baños en mal estado, así como con la falta de ventilación.

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Al salir al recreo debieron tener cuidado al caminar o correr para no pisar las pozas de agua que habían en el lugar, las cuales traen consigo la acumulación de mosquitos.

Otros centros educativos fiscales como el Joaquín Gallegos Lara, Veintiocho de Mayo y Eloy Alfaro empezaron el año lectivo  con sus instalaciones en mejores condiciones.

El periodo escolar se inició ayer en los establecimientos educativos fiscales con régimen Costa, pese a que algunos poseían mala infraestructura y falta de mobiliario.

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Uno de ellos fue el Instituto Iván Castro, situado en la isla Trinitaria, donde la fachada recién pintada difiere de lo que hay adentro. Imelda Tito Álvarez, directora del plantel, expresó que “estamos abandonados, por más que hicimos pedidos a instituciones no responden. Tenemos bancas del colegio San José la Salle que en algo nos colabora, además hay muchos mosquitos”.

Sandra Tito Díaz, maestra del instituto, comentó que una persona se compadeció de la situación del centro educativo y les donó 5 planchas de zinc usadas, que se deterioraron aún más.

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Pablo Zambrano, de 13 años, contó que el daño de los techos se debe en parte a los enfrentamientos entre  pandillas del sector, “porque las piedras caen en las instalaciones”. Añadió que las bancas son incómodas y se necesita más ventilación.

En la escuela Elsa Jurado Lascano (isla Trinitaria) se hicieron adecuaciones para este año. Las bancas son insuficientes para el alumnado y  unas están carcomidas por la polilla, incluso, sin madera para asentar los cuadernos, como sucedió con Rosita Borbor, quien apoyó sus libros sobre el filo del pupitre.

David Perea, otro menor,  asistió al mismo plantel, pese a que aún no está matriculado. Tampoco tiene uniforme porque a su padre no le alcanza el dinero.

Roberto Passailaigue, ministro de Educación, acudió al colegio fiscal experimental 28 de Mayo para inaugurar el año escolar. Sostuvo que “siempre se ve lo malo en la educación. Es imposible solucionar en dos o tres años los problemas de hace 30, pero llevamos adelante los procesos, como el plan bicentenario, en el que se invertirán más de 190 millones de dólares; la capacitación a 120.000 maestros; un proceso de alfabetización que se iniciará en dos meses y se prevé aumentar 8.000 partidas presupuestarias en el magisterio”.

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Explicó que los problemas de infraestructura y mobiliario en los planteles fiscales es usual todos los años y llevará tiempo mejorarlos. “Pero exijo que inviertan lo de las contribuciones en reparar pupitres, aulas y techos. Se hará fiscalizaciones en las escuelas y colegios donde no se acate la disposición”, agregó.

El estandarte del 28 de Mayo recibió la condecoración Al Mérito Educativo de primera clase, por sus 60 años de creación.

El Amarilis Fuentes y Eloy Alfaro iniciaron parcialmente las clases. Ayer asistieron los alumnos de primero de bachillerato (en la mañana) y octavo año de básica (tarde).
En los siguientes días ingresarán los  de los demás cursos.

Julio Manrique tuvo que esquivar varios charcos, en una extensión de tres cuadras, para llevar a sus dos hijas Bella y Maybelin, y sus sobrinos Israel Andrade y Carlos Sánchez, a la escuela fiscal Rosalía Arteaga, en la isla Trinitaria.

Señaló que a sus pequeñas las cambió de un centro educativo particular a fiscal porque el sueldo  no le alcanza para costear una educación privada.

Imagen diferente
En varios centros educativos fiscales hubo filas de padres de familia para matricular a sus hijos. Esa situación se repitió en los experimentales Eloy Alfaro y Joaquín Gallegos Lara. En este último, los alumnos de diversificado usaron las aulas con aire acondicionado y los laboratorios de informática e inglés, que también cuentan con buena infraestructura.

Su rector, Lautaro Ayala Quinde, indicó que “no soy como otros rectores que se quejan porque aseguran que no pueden arreglar bancas, baños, techos, pisos y pintar las paredes”.

De las 26 aulas del Joaquín Gallegos Lara, 18 poseen aire acondicionado y se arregló la sala de informática con computadoras. Añadió que con el presupuesto de este año hará otros arreglos.

En el Instituto Pedagógico Rita Lecumberri, Paúl Martín, representante de Unicef, presentó el programa de educación preescolar, que consiste en que los maestros de práctica de los institutos pedagógicos Leonidas García Ortega, José Gabriel Vega y Rita Lecumberri enseñarán a los padres de familia de sectores rurales a jugar, cantar, observar y conversar con sus hijos de 5 años, ya que estas son las actividades básicas del preescolar.