La luminosidad, propia de la ubicación geográfica del país, además de la variedad de maderas: tropicales y de clima frío, son dos ventajas con las que cuenta el sector maderero para la producción y exportación.

Estos factores generan expectativas para el sector, afirma René Cruz Silva, director Ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera (AIMA).

Las exportaciones de madera y de sus productos derivados alcanzaron un promedio de 100 millones de dólares al año, durante el periodo de 1995 a 1999, según el Banco Central, ocupando el séptimo lugar  dentro de la oferta exportable.

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La experiencia en adaptación de especies demandadas y la disponibilidad de tierras para reforestar son otras ventajas de los madereros.

Los principales productos que se exportan son: madera bruta, plywood, madera de balsa, aglomerados, MDF, molduras, chapas, muebles, artículos de mesa, puertas y artesanías, y se dirigen especialmente a Japón, China, Estados Unidos, Corea, Inglaterra, Colombia, Venezuela, Perú, España y el Caribe.

Según las estimaciones de AIMA, alrededor de 200.000 personas dependen del sector. Para el 2020, las expectativas de los productores e industriales es alcanzar ventas superiores a  los  1.000 millones de dólares, además de incrementar el empleo para 500.000 personas.

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La semana anterior, durante la XI Feria Internacional de la Industria y la Madera, en Quito, la novedad, según explica Olga Elena Rivas, una de las organizadoras,  fue la incorporación de 30 diseñadores, como participantes a través de sus proyectos.

La intención era que la industria valore su  creatividad para incorporarla a la industria, explicó Rivas.