Ciudadanía y empresas se quejan que no hay crédito, que el sistema financiero capta recursos y los deposita en el exterior.

¿A qué tipo de crédito se refieren? No será al de consumo.
El sistema financiero privado (bancos, financieras, mutualistas y cooperativas) cerró 2003 con  1.267 millones de dólares de créditos, y en el 2004 lo aumentaron 35%, altísima tasa de crecimiento. En el año 2004, los consumidores, vía crédito directo de los bancos u otras instituciones, o a través de tarjetas, tuvieron $ 441 millones más en crédito que en el año anterior.

¿Que a las pequeñas empresas no les prestan? El crédito a la microempresa se duplicó en el 2004, a $ 330 millones.
Cada vez menos, los microempresarios tienen que recurrir al chulco para su financiamiento. Las cooperativas fueron particularmente activas en la concesión de nuevos créditos a la microempresa.

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¿Y para quienes quieren adquirir vivienda? En el 2004 se aumentó en $ 237 millones, para cerrar con $ 676 millones en préstamos, un crecimiento del 54%. El crédito a la vivienda se tornó mucho más fácil de conseguir que en el año anterior, a raíz de que el Banco del Pacífico anunciara la apertura de una línea de crédito para este propósito.

¿Para las empresas comerciales? Un crecimiento mucho más moderado de $ 363 millones en el 2004, para alcanzar 2.625 millones de dólares, alza de 16%. Un aumento mucho mayor a la inflación y el crecimiento combinados.

La crítica concierne a otro tipo de crédito: aquel para invertir en maquinaria y otras inversiones, para ampliar el aparato productivo.

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Crédito de este tipo en efecto, es escaso, y fue víctima de la crisis financiera de fines de los 90, y sus secuelas. Antes, la CFN era un importante prestamista, en la cual la banca local podía redescontar los créditos a largo plazo. Con la crisis, le pagaron los créditos anticipadamente con CDR, con lo que la CFN quedó convertida en un tacho de papeles financieros.

Los bancos también solían prestar a largo plazo de sus propios recursos. Pero los que más prestaron a largo plazo son los que quebraron con la crisis financiera. Hoy, en que con la dolarización el Banco Central no puede imprimir billetes para socorrer a bancos con problemas de liquidez, estos han optado por no prestar a largo plazo, por solo tener depósitos de corto plazo.

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¿Significa esto que no va a haber financiamiento en el mercado para el sector productivo? No es así. Lo que pasa es que para estos fines, las empresas deben recurrir al mercado de capitales. Bien sea con bonos corporativos (obligaciones) o emitiendo acciones.

Hay un amplio mercado. El IESS y los fondos de pensión privada necesitan desesperadamente papeles privados en qué invertir. Los propios bancos están dispuestos a comprar bonos que, en caso de requerirse, pueden vender.

Para poder recurrir al mercado, las empresas tienen que ser más transparentes. Deben tener auditoría externa; someter los papeles a emitirse a una calificación de riesgo. Lo que las empresas de economía familiar ven como permitir que extraños metan las narices en sus negocios.

A la postre, las empresas que estén dispuestas a someterse a controles externos y a compartir las utilidades (así como el riesgo) con terceros, serán las que tendrán financiamiento para nuevos proyectos. Las empresas cerradas que quedarán, serán las que cuenten con sus propios recursos para la expansión, o cuyos propietarios están dispuestos a poner sus patrimonios personales en garantía.

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