El programa de compensaciones por los efectos del Plan Colombia solo implica a ese país, según la Embajada.

Los campesinos de la zona fronteriza de Sucumbíos que han denunciado daños en su salud y cultivos a causa de las fumigaciones de coca del Plan Colombia, no serán indemnizados por Estados Unidos. Así lo indicó Glenn Warren, vocero de la Embajada de ese país.

EE.UU. financia en Colombia un programa de compensaciones que es administrado por la Dirección Antinarcóticos de la Policía, y paga a los campesinos en caso de que sus sembríos lícitos sean fumigados por error, pero estas indemnizaciones no se aplican a ecuatorianos, comentó.

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En el 2003, Colin Powell, entonces secretario de Estado de EE.UU., certificó ante el Congreso que el glifosato es un producto inocuo, pero que, sin embargo, “las quejas de daños a la salud o cultivos lícitos serán evaluadas y se pagarán compensaciones justas a los reclamos meritorios”.

Daniel Alarcón, presidente de Forccofe (Federación de Organizaciones Campesinas del Cordón Fronterizo del Ecuador), refirió que desde el 2001 los campesinos han tomado acciones legales como el pedido de dos recursos de amparo constitucionales para que se compense a “más de 10.000 perjudicados” en tres cantones fronterizos, sin tener respuesta. Alarcón aseveró que al menos doce personas han muerto debido a las aspersiones.

Pero las indemnizaciones prometidas por el Departamento de Estado son “solo para Colombia”, dijo Warren.

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Precisó que no se pensó en la posibilidad de compensar daños en Ecuador, porque “el Plan Colombia es un plan entre Colombia y Estados Unidos, no tiene nada que ver con Ecuador, y Ecuador no fue parte de las negociaciones.
Además, no pensamos que hay efectos de la fumigación aquí, porque no volamos cerca de su frontera y tampoco creemos que el glifosato tenga un efecto negativo”.

No obstante, se pueden cometer errores, admitió el teniente coronel Henry Gamboa, jefe del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos de la Dirección Antinarcóticos de la Policía colombiana, aunque “las fallas son mínimas”, manifestó.

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“Las emergencias se dan cuando el piloto debe botar el glifosato para poder maniobrar la avioneta, o fumigar en un cultivo muy cercano a una plantación ilícita”, añadió.

El Programa de Atención a Quejas, al que recurren los campesinos colombianos, ha sido cuestionado por organismos internacionales como Witness for Peace (WFP), entidad pro derechos humanos, por ser “juez y parte” del proceso de fumigación.

Gamboa indicó que quienes se sienten perjudicados acuden a una autoridad municipal, quien a su vez contacta a la policía para que verifique la denuncia. “Desde que se empezó el programa hemos recibido 5.000 quejas y hemos compensado a 10”, por unos 30.000 dólares, precisó.

Warren expresó que de haber un “reclamo meritorio” en el país (Ecuador), debería tratarse por la vía diplomática. “El canciller (Patricio Zuquilanda) ha dicho que no hay pruebas de que la fumigación en Colombia tenga efecto en Ecuador”, agregó.

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