El pasado viernes, con un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional, abrió sus puertas la Casa de la Música en Quito. Autoridades y realizadores del proyecto brindaron a los asistentes sus palabras acerca del evento cultural y luego del concierto ofrecieron un coctel en el que intercambiaron  esperanzas y objetivos con los invitados.

La Casa de la Música de Gi y Hans Neustaetter es la cristalización del sueño de ambos, sueño que continuó Gi luego de la muerte de su esposo, en el año 1993. Este espacio cultural es una de las tres obras que inició la viuda a pesar de su edad y aunque no lo llegó a ver finalizado en su totalidad, supo que era cuestión de poco tiempo. Se fue de este mundo con la satisfacción de dejar un lugar especial para el fomento de la cultura.

Cuando Hans y Gi Neustaetter llegaron al Ecuador, en el año 1935, huían del nazismo buscando un lugar en el que pudieran realizar sus vidas en paz, y lo lograron en este país estableciéndose en Quito. Desde sus comienzos fueron apasionados por la música, el arte y la educación.
Su casa en la calle Whimper 480 albergó recitales de música de cámara y otras actividades.

Publicidad

Entre los incentivos a la cultura que realizaron, se dedicaron a asistir económicamente a la Orquesta Sinfónica Nacional, que coincidentemente dedicó el concierto inicial de su segunda gira por Quito, Bogotá, San José y Caracas, durante el mes de abril, a esta inauguración.

La casa
La Casa de la Música fue construida en un terreno cedido en comodato por el Distrito Metropolitano de Quito como apoyo al desarrollo de la cultura musical, con la asesoría acústica de más alto nivel (la Casa BBM Müller de Alemania) y con las más avanzadas técnicas de ingeniería.

La sala de conciertos tiene geometrías curvas y volúmenes sólidos que obedecen a las imposiciones acústicas, de forma similar a lo que sucede con una guitarrra o un piano. Posee capacidad para 700 personas y un escenario de 192 metros cuadrados, sin contar los 80 lugares para los coros. Además, cuenta con el Foyer-cafetería.

Publicidad

Gi se había propuesto como misión el difundir, educar y apreciar la música manteniendo los altos niveles de calidad. Quiso ofrecer un lugar que promoviera actividades y espacios para educar y formar buenos oyentes.

Se programarán conciertos sinfónicos, recitales, conciertos temáticos, presentaciones de jóvenes talentos, espacios contemporáneos y jazz. También se dedicarán actividades a la educación musical como los Encuentros con la música, que son charlas y audiciones guiadas con especialistas.

Publicidad

La Casa de la Música fue realizada bajo los lineamientos de las palabras que repetían continuamente Gi Neustaetter y María Ostohoff: “Nada superfluo, solo lo esencial, como en la música, una sinfonía de contrastes, armonía y balance entre lo denso y lo sutil”.