El médico Santos Depine, responsable del programa de salud renal en Argentina y coordinador de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología, está convencido de que el aumento de enfermedades del riñón es  consecuencia del mundo moderno y del mayor acceso a la tecnología.

“Cambiaron los estilos de vida de la población. Hoy la gente mira televisión en lugar de salir a caminar o pasear y esto condiciona la presencia de estas enfermedades”.

Depine vino a Guayaquil como experto invitado al taller  ‘Hacia un modelo sustentable y sostenible de salud renal’, que se realizó los pasados  jueves y viernes  en la Subsecretaría de Salud. El curso busca establecer un plan de prevención, como se  hace desde el 2004 en Uruguay, Paraguay, Puerto Rico, Argentina, Chile, Caracas y Colombia.

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Pregunta: ¿Cómo ve la problemática de la enfermedad renal en Ecuador?
Respuesta: Lo que hemos visto en estas reuniones es que es una problemática común en la mayoría de los países, agravada a nivel de Latinoamérica por las profundas inequidades que existen, en el sentido de la dificultad del acceso de muchos sectores de la población al cuidado de su salud renal y  de su salud en general.

P: ¿Pero a qué se debe el aumento de esa problemática. Solo en Ecuador 2.100 personas están en diálisis?
R: Está relacionada con causas muy comunes como la hipertensión, diabetes, obesidad, los trastornos de lípidos en el organismo. Hoy hablamos de una epidemia de diálisis, de insuficiencia renal crónica al igual que una epidemia de diabetes. Es la primera vez que hablamos de esto en Latinoamérica porque hoy la mayoría de pacientes que llegan a diálisis son diabéticos. 

P: ¿Se puede considerar que en Ecuador también hay una epidemia de diabetes?
R: Sí, porque está dentro de la constante de lo que sucede en los países latinoamericanos. Hay una tendencia creciente en  el mundo (...) Los países están observando que no van a poder pagar estos tratamientos en el futuro si no establecen acciones preventivas previas para lograr que las personas no tengan tanta enfermedad renal.

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P: ¿Qué hacer para frenarla. En el país solo el Seguro Social da cobertura de diálisis y esta llega al 23% de la población?
R: Con prevención  fundamentalmente porque tenemos dos tipos: la tipo 1, que es la insulinodependiente donde hay factores genéticos, pero la más importante y la que está creciendo mucho es la tipo 2 y  está relacionada fundamentalmente con el estilo de vida y la alimentación (...).

P: ¿Qué se pretende hacer en Ecuador y cómo funcionó el esquema en Argentina?
R: Lo que hicimos fue trabajar con un concepto que llamamos de control de la salud renal que tiene que ver con la promoción de la salud, la prevención, la atención, la rehabilitación, la investigación y la docencia como un todo articulado. Significa aprovechar espacios con la comunidad para que se involucre (...).

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En Ecuador hay una cantidad enorme de recursos disponibles para poder hacerlo. Hay una red de atención primaria del Ministerio de Salud, de Redima (Red de Dispensarios de la Arquidiócesis), organizaciones privadas intermedias. Hay que articularlos para empezar un plan de detección de aquellos que se creen sanos (que tienen diabetes u obesidad,  un condicionante fuerte), ver si hay lesión renal o proteinura (proteína en la sangre) mediante pruebas. Con ello se puede saber cuántas personas están en distintos estadíos y va a permitir a los que hacen los tratamientos saber en qué momento se van a necesitar.