El éx arbitro internacional sueco Anders Frisk, quien  cerró su carrera a raíz de amenazas de muerte contra él y su familia luego de  un partido entre Barcelona y Chelsea, afirmó a la revista France-Football que  ya comenzó "una nueva vida".
 
"Ya ingresé en una nueva vida", dijo Frisk, de 42 años, cuya decisión de  dar el silbatazo final a su carrera provocó una intensa movilización en toda  Europa contra la violencia y los atropellos a los árbitros en el ambiente del  fútbol profesional.
 
"A partir de ahora puedo ser un padre de familia normal. Estoy más presente  que cuando arbitraba un partido a cada cuatro días. Mi compañera está muy feliz  de mi decisión, aunque nunca me haya pedido que deje de ser árbitro. Estos días  me han mostrado lo que realmente era importante en mi vida", dijo.
 
Frisk, apuntado como uno de los mejores árbitros europeos de la actualidad,  formuló estas declaraciones a la edición de France-Football que comenzará a  circular el martes.
 
El ahora ex árbitro reiteró que no pretende rever su decisión a pesar de  los constantes llamados y pedidos en este sentido expresados por personalidades  del fútbol mundial.
 
Durante un partido entre Barcelona y Chelsea, por la Liga de Campeones,  Frisk expulsó en el segundo tiempo al atacante Didier Drogba, de Chelsea, que  hasta ese momento vencía por 1-0. En el segundo tiempo, con un hombre más,  Barcelona acabó venciendo por 2-1.
 
La expulsión de Drogba despertó la ira del entrenador de Chelsea, José  Mourinho, quien luego denunció que el entrenador de Barcelona, el holandés  Frank Rijkaard, ingresó al vestuario de Frisk al fin del primer tiempo.
 
A causa del escándalo, Mourinho fue sancionado con suspensión de dos  partidos en la Liga de Campeones.