En un amplio despliegue, la policía israelí impidió ayer que extremistas judíos se  acercaran a la Explanada de las Mezquitas, en la ciudad antigua de Jerusalén, donde miles de musulmanes se movilizaron para defender el tercer lugar santo del Islam.

Veintidós militantes de extrema derecha israelíes fueron detenidos, entre ellos Israel Cohen, jefe del grupo ultranacionalista Revava (Miríada, en hebreo), que había invitado a rezar en masa en la Explanada para denunciar la evacuación por Israel de las colonias de la Franja de Gaza.

Cohen se escondió durante toda la noche en los baños situados en  el Muro de los Lamentos, aledaño a la Explanada de las Mezquitas.

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Solo unas decenas de ultranacionalistas israelíes respondieron al llamado pero pese a la prohibición israelí, 15.000 musulmanes llegaron para desafiar a la presencia judía, y chocaron con la policía, dejando heridos leves y varios palestinos detenidos, entre ellos el jefe político del movimiento radical Hamas en Cisjordania, el jeque Hassan Yussef.

Liberado el año pasado por las autoridades israelíes, Yussef estaba en la Explanada el 28 de septiembre del 2000, durante la visita del actual primer ministro Ariel Sharón, entonces jefe de la oposición, interpretada como provocación por los  palestinos.

La represión sangrienta por la policía israelí de las protestas que realizaron los palestinos al día siguiente, marcó el inicio de la segunda Intifada, por lo que la simple amenaza de manifestaciones en la Explanada de las Mezquitas suscitó una notable reacción en el mundo árabe e  islámico.

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Mientras, Ariel Sharón salió ayer rumbo a Texas, EE.UU., para reunirse hoy con el presidente George W. Bush.