El príncipe Alberto II de Mónaco afirmó ayer que todos los monegascos están huérfanos tras la muerte de su padre y soberano del principado Rainiero III, el miércoles pasado.

“Todos nosotros estamos huérfanos de ese gran hombre y la profunda tristeza y el duelo que sentimos acercan nuestros corazones y deben soldar, más que nunca, a nuestra comunidad”, indicó Alberto en sus primeras palabras tras el fallecimiento de su padre.

Visiblemente emocionado, rodeado de un retrato de Rainiero y de una bandera de Mónaco con un lazo negro, Alberto, el nuevo soberano monegasco exaltó la figura de su padre, “el ejemplo de un príncipe totalmente identificado con su alta misión y que solo vivió para ella”.
 
“Mis hermanas (Carolina y Estefanía) y yo mismo guardamos en nuestros corazones el recuerdo de un padre condescendiente, profundamente unido a su familia”, finalizó el príncipe Alberto, que el pasado día  3 asumió la regencia del país ante el estado de salud de su progenitor.