Estados Unidos también ejerció presión durante la votación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para juzgar en la Corte Penal Internacional (CPI) los crímenes de lesa humanidad en Sudán.

Pero, solo tras obtener las garantías de que su personal militar y sus ciudadanos civiles recibirán inmunidad en ese país africano, EE.UU. decidió no ejercer su derecho a veto y permitir que los crímenes de Dafur se remitan a la CPI.

EE.UU. es un opositor inflexible de la CPI.

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El director de la división de Justicia de la organización Human Rights Watch, Richard Dicker, felicitó a las Naciones Unidas pero señaló su oposición frontal “al precio que ha impuesto Estados Unidos al buscar la impunidad en contradicción con el Derecho Internacional”.