Al grito de   No, no a Estados Unidos, decenas de miles de partidarios de un clérigo extremista chií demandaron este sábado que las fuerzas norteamericanas se retiren de Iraq, en una multitudinaria protesta realizada en la misma plaza donde dos años antes los iraquíes y soldados de la coalición derribaron una estatua de Saddam Hussein. 
 
En las cercanías de los hoteles utilizados por periodistas y empleados extranjeros, la protesta reflejó la frustración con el gobierno estadounidense, que paulatinamente transfiere el control de la seguridad a las fuerzas iraquíes, dos años después de haber tomado Bagdad. 
 
Esta aglomeración inmensa muestra que la población iraquí tiene la fortaleza y la fe para proteger el país y liberarlo de los ocupantes, expresó el manifestante Ahmed Abed, de 26 años y vendedor de repuestos de automóviles. 
 
Las autoridades estadounidenses han insistido que no fijarán una fecha para su retirada y han prometido permanecer hasta que las fuerzas iraquíes puedan garantizar plenamente la seguridad del país. 
 
Los partidarios del clérigo chií Muqtada al-Sadr, cuyos milicianos del Ejército Mahdi sellaron treguas con las fuerzas de la coalición el año pasado, llenaron la Plaza Firdos y las avenidas aledañas, haciendo flamear banderas iraquíes. 
 
Al igual que las famosas imágenes de los soldados estadounidenses e iraquíes derribando una estatua de Saddam durante la caída de Bagdad, los manifestantes tiraron efigies del presidente norteamericano George W. Bush, el primer ministro británico Tony Blair y Saddam, todos vestidos con uniformes de prisioneros iraquíes rojos que usan los condenados a muerte. 
 
También quemaron en las calles otras efigies de Bush y Saddam, al igual que una bandera estadounidense. 
 
Los manifestantes chiíes pidieron asimismo que el encarcelado Saddam comparezca ante la justicia, mientras levantaban fotos del padre de al-Sadr, un clérigo prominente ejecutado por el régimen de Hussein. 
 
Los milicianos del Ejército Mahdi registraron a la gente que entraba al área de la manifestación mientras los policías iraquíes permanecían a un lado. 
 
Los allegados de al-Sadr dijeron que el clérigo no participó en la protesta por razones de seguridad. 
 
Los chiíes representan el 60% de los 26 millones de iraquíes, y miles de ellos fueron asesinados durante el régimen de Saddam. 
 
Las fuerzas de seguridad iraquíes observaron con atención la marcha, mientras que algunos soldados estadounidenses permanecían detrás de parapetos fortificados y otros vigilaban desde tejados de los edificios. 
 
La manifestación no llegó ni con mucho al millón de personas que esperaba reunir al-Sadr. 
 
Los clérigos suníes también instaron a sus seguidores a protestar al cumplirse dos años de la caída de Bagdad, pero los funcionarios de la influyente Asociación de Eruditos Musulmanes se negaron a decir dónde o cuándo serán las manifestaciones. 
 
La minoría suní controló el poder durante el régimen de Saddam y se cree que alienta gran parte de la insurgencia.