Pachakutik se alejó de los diálogos y Carlos González (ID)  dice que Ejecutivo pretende liberar a los Isaías.

Kristie Kenney ofrece también mediación en búsqueda de una salida a la crisis política.

El Prian, partido que dirige Álvaro Noboa y que no dio los votos para la cesación de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) el martes pasado, cambió de posición y se unió ayer a los diálogos con el Gobierno y el Partido Social Cristiano.

El punto de coincidencia entre el Ejecutivo y el partido de Noboa es que la cesación de la CSJ debe ocurrir después de haber nombrado a la nueva Corte.

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La ID condiciona sus votos a que se incluya en el texto un ‘candado’ que impida al régimen cambiar el contenido de la reforma que apruebe el Congreso. También, que si hay consulta, solo sirva para ratificar lo legislado.

Si pasa esta propuesta, se podría tener hasta 60 votos para aprobar la reforma a la Ley de Cooptación, y dar paso a la nueva CSJ, incluso sin la participación de Pachakutik.

El Gobierno cumplió con el pedido de la oposición y ayer anunció que no vetará las reformas, siempre y cuando se hagan según lo acordado en las negociaciones. Los diálogos continuarán el fin de semana.

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El acercamiento del Gobierno a la oposición fraccionó la alianza que mantenían los socialcristianos con la Izquierda Democrática y Pachakutik, en el marco de las negociaciones por coincidir en una fórmula que permita la cesación de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Ayer el movimiento Pachakutik ratificó su aislamiento de los diálogos políticos que se intensificaron entre el Gobierno con el PSC, socialistas e independientes, señalando que no existe la suficiente confianza en el Presidente de la República para creer que no vetará la ley que sería aprobada por el Congreso Nacional.

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La Izquierda Democrática al mediodía de ayer retrocedió en las negociaciones; se opone a que en el texto para reformar la ley de la Función Judicial se incluya la consulta popular solicitada por el Ejecutivo a fin de ratificar lo aprobado por el Congreso y de esa forma elevar a categoría constitucional los textos.

La participación de la ID en las negociaciones con el PSC y el Gobierno dividió a ese sector político, pues el legislador Carlos González (ID) anticipó que no votará por el texto que se está negociando y alertó a sus coidearios de que el Ejecutivo sin lugar a dudas vetará el documento e impondrá una corte a su medida.

Denunció que Gutiérrez no permitirá la salida de la actual Corte hasta que no se libere a los ex banqueros Roberto y Williams Isaías, que tienen una deuda de 200 millones de dólares con el Estado, dijo.

El diputado de gobierno, Gilmar Gutiérrez, indicó que el protagonismo político de la ID no permite encontrar una salida a la crisis judicial y señaló que la dilatoria a la decisión del Parlamento obedece a que ese partido no quiere dejar sin piso la convocatoria al paro provincial del alcalde de Quito, Paco Moncayo y del prefecto de Pichincha, Ramiro González. Para el Gobierno, la consulta popular es innegociable, expresó.

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La amenaza de la ID de retirarse de la negociación puso en aprietos a los socialcristianos, que lograron un acercamiento con el Prian y los independientes del G-7; pero ambos condicionan su apoyo a que se cese la CSJ, luego de que se elija a los nuevos magistrados.

Pascual del Cioppo, del PSC, comentó que su partido esperará hasta el lunes próximo una respuesta de la ID, luego que los diputados Ramiro Rivera (DP) y Andrés Páez (ID) volvieron a redactar un texto respecto a la transitoria de la consulta. La ID pretende implantar un candado para que el Gobierno no pueda incluir otro texto al aprobado por el Congreso respecto a la Corte.

Otro de los puntos que reclama la ID es que en la designación del Comité de Calificación de los nuevos magistrados no se incluya a ningún gremio sindical, pues ayer se determinó que en la selección del representante de las cortes superiores y notarías, puede intervenir la Fenaje (Federación Nacional de Asociaciones Judiciales).

Las negociaciones se intensificaron al mediodía, los diputados trasladaron los diálogos a la cafetería, por lo que la sala se quedó con pocos legisladores y al presidente del Congreso, Omar Quintana, le tocó suspender la sesión a las 13h05, y convocó para el próximo martes a las 10h00.