El presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Guillermo Castro Dáger, afirmó ayer que  no conoce de  ningún acuerdo al que hayan llegado los políticos y que no ha traicionado a ningún magistrado, ni a nadie.

Esto respecto de las declaraciones del empresario Álvaro Noboa, quien afirmó el domingo pasado que el acuerdo con la mayoría en el Congreso, para cambiar a la CSJ, en diciembre del 2004, fue que Castro no tramite los juicios contra el ex mandatario Abdalá Bucaram.

El funcionario manifestó, en una entrevista a Radio City, que su amistad con el líder del PRE no era causal para excusarse de conocer esos casos, porque no está contemplado en ningún código legal, y que además es “más amigo de Álvaro Noboa que de Bucaram”.

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Aseguró también que su resolución de anular los juicios contra el roldosista, el ex presidente Gustavo Noboa y el ex vicepresidente Alberto Dahik, no es reversible y que esos casos ya están archivados, pero esperará los escritos de  la Contraloría y las respuestas del Procurador y la Fiscal sobre la revocatoria a sus pedidos de recusación, que ya dictó.

Castro añadió que respaldará  los dos mecanismos que se han propuesto para solucionar la crisis judicial: la consulta popular o la reforma a la ley de la Función Judicial, aunque se inclina más por la segunda, porque asegura que así se dará fin a los problemas de la Corte “que ha sido secuestrada y politizada por  Luis Muñoz (dirigente sindical)”. Sobre Muñoz dijo que conoce que es un oficial mayor de un juzgado, pero que le han dicho que jamás está en su puesto y gana 700 dólares mensuales, pero que va a investigarlo.

Afirmó que su decisión de cerrar el edificio de la Corte es porque miembros de inteligencia le advirtieron sobre una amenaza de dinamitar el lugar, y por ello no será reabierto hasta que se garantice la seguridad de los magistrados y empleados judiciales.