Al menos dos turistas extranjeros, uno de ellos una mujer francesa y el otro de EE.UU.,  murieron y 18 personas más de varias nacionalidades están heridos por un atentado sucedido esta tarde en el centro de El Cairo, dijeron fuentes oficiales egipcias.
 
Por su parte, Munir Slimani, portavoz de la embajada francesa en El Cairo, confirmó a EFE que, según los informes policiales llegados a la legación, hay una ciudadana francesa muerta por un atentado en el centro de El Cairo, y dijo ignorar si hay otros franceses heridos.
 
Las autoridades francesas intentan verificar la identidad de la muerta y las circunstancias del atentado.
 
El segundo muerto es un estadounidense, según dijo el portavoz del ministerio de Sanidad, Ahmed Adel.
 
El atentado fue perpetrado por un hombre que conducía una bicicleta o una motocicleta, y que arrojó un artefacto contra un grupo de turistas.
 
Fuentes policiales dijeron a EFE que entre los heridos hay cuatro franceses, tres estadounidenses, un italiano y un turco, además de nueve egipcios.
 
Todos ellos han sido trasladados al hospital Al Husein, que está fuertemente custodiado y donde se impide el acceso de la prensa.
 
Los servicios consulares españoles no tienen constancia de que haya ningún español entre las víctimas.
 
La zona donde se produjo el atentado es una de las más turísticas del Cairo, pues desde la calle Al Azhar se accede al famoso mercado de Jan al Jalili, muy popular entre los turistas occidentales y especialmente entre los españoles.
 
En esa misma zona, el pasado marzo un hombre agredió con un cuchillo a dos turistas húngaros, que tuvieron que ser hospitalizados, y la policía atribuyó el ataque a "un perturbado mental con antecedentes relacionados con las drogas.
 
Los atentados indiscriminados contra el turismo no se producían en Egipto desde los años noventa, ya que el último gran atentado contra un hotel de Taba (en el Sinaí), perpetrado el pasado octubre y que se saldó con 34 muertos, fue atribuido a un palestino cuyo blanco eran los israelíes.
 
Sin embargo, en los años 90 el grupo de la Yamaa Islamiya lanzó una campaña indiscriminada contra el turismo, que terminó en 1997 con el atentado más grave, el sucedido contra el templo de Hapshepsut en Luxor, que se saldó con 57 muertos.
 
Desde entonces, el gobierno emprendió una campaña sin cuartel contra el radicalismo islámico y consiguió que los principales movimientos islamistas renunciaran a la violencia.