Responsables católicos y teólogos brasileños concuerdan en que el celibato de los sacerdotes no es un dogma de la Iglesia y que el próximo Papa podría modificar esa tradición que disuade a  muchos fieles de tomar los hábitos.

“El celibato no es una norma de moral, sino de derecho”, dijo el arzobispo Geraldo Majella Agnelo, presidente de la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños, quien considera sin embargo que “no está dicho que la cuestión deba  revisarse” a corto plazo.

Para Alfonso Soares, profesor de teología de la Pontificia Universidad  Católica de Sao Paulo, el tema del celibato debe replantearse en el próximo pontificado, como medio de despertar vocaciones.

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“Creo que es un asunto importante, porque la Iglesia está sintiendo una dificultad práctica por la falta de sacerdotes suficientes para atender las necesidades de la población  católica”, advirtió Soares.

El universitario recordó que el celibato fue adoptado en el segundo Concilio de Letrán, en el siglo XII, y que la norma solo es válida para los padres de rito latino, y no “para los católicos fieles al Papa de rito armenio, ucraniano o melquita católico no ortodoxo”.

Recordó también que el papa Paulo VI autorizó la ordenación de pastores luteranos convertidos al catolicismo, sin exigirles la ruptura de sus vínculos matrimoniales.

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Uno de los creadores de la teología de la liberación Leonardo Boff  también pidió abrir el debate, y recordó que el celibato religioso “tiene ahora el aura negativa de los casos de pedofilia de muchos padres norteamericanos”.

“Sería un momento propicio para repensar esa situación y hacer como todas las demás iglesias”, en las que los padres pueden “ser célibes si eso es lo que deciden y casarse, porque así lo decidieron, y ambos sirven bien a la comunidad”.

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Boff, un fraile franciscano condenado al silencio durante un año por Juan Pablo II colgó los hábitos ante amenazas de una nueva sanción y se casó. “No le corresponde a la Iglesia prescribir si las personas deben amarse, de qué manera o en qué momentos. A la Iglesia le corresponde decir que el sexo no debe hacerse bajo coacción, que el sexo es una expresión de amor”, afirmó.