Algunos funcionarios de Cracovia, donde el papa Juan Pablo II se desempeñó como arzobispo, manifestaron su deseo de que el corazón del Pontífice pueda ser enterrado en su catedral junto con los santos y los reyes medievales polacos.

Aunque no se han revelado los deseos del Pontífice, muchos polacos confían que al menos puedan tener algo de él en la catedral Wawel de Cracovia.

Nos agradaría que el corazón del más grande cracoviano y el más grande polaco descansara en Wawel, dijo el lunes pasado el alcalde de Cracovia, Jacek Majchrowski, según el diario Gazeta Wyborcza. Pero las reglas son estipuladas por la Iglesia y las respetamos.

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Según con este medio, representantes de la iglesia de Cracovia y el secretario personal del Papa, el arzobispo Estanislao Dziwisz, han negociado un acuerdo para que el cuerpo de Juan Pablo II repose en el Vaticano, siguiendo la tradición, pero su corazón sea llevado a su país natal.

El dolor por la muerte de Karol Wojtyla, su más querido conciudadano, ha puesto a Cracovia en estado de luto permanente, palpable en cada esquina del centro de la ciudad y que los cracovianos mantendrán hasta que Juan Pablo II repose en el Vaticano.