El alcalde de Quito, Paco Moncayo (ID), quien el día de ayer encabezó las manifestaciones ante el Parlamento para presionar a los legisladores para solucionar la crisis judicial, manifestó este miércoles que "no hay peor ciego que aquel que no quiere ver".

Agregó que en la marcha de Quito (15 de febrero), se congregaron alrededor de 200 mil personas. "En el estadio Olímpico de una manera espontánea, sin agitadores, ni nadie, todo el estadio comenzó a gritar: “Lucio, fuera”. En la Catedral y en la Plaza Grande, la gente que estaba afuera, repudió al Presidente. El pueblo de Quito está indignado", dijo para justificar su exigencia del retiro del primer mandatario.

Por otro lado, el prefecto de Pichincha, Ramiro González (ID), manifestó estar cansado de la mentira porque no existe un solo interlocutor válido en el Gobierno desde Gutiérrez para abajo. “Todos le han mentido al pueblo ecuatoriano, todo ha sido una farsa armada desde la noche que se reunió con Bucaram en Panamá (septiembre 2004)", agregó González.

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Además señaló que él y sus partidarios fueron "ingenuos al pensar que había un mínimo de dignidad y decencia en los gobernantes". Expresó que la única intención de la oposición es "limpiarle la cara al país porque ha sido mancillada la dignidad de la nación".

Precisó haber recibido la respuesta de varios Alcaldes de otras ciudades que acudieron a la reunión de la asamblea en la ciudad de Quito. Auguró que la intención de un paro definido no debilita la protesta porque confía que "si todos los ecuatorianos nos unimos, el régimen no durará en funciones más de dos días". 

Finalmente, el concejal de Quito, Antonio Ricaurte (ID), quien también participó en la jornada de protestas el día de ayer en Quito, explicó estar conforme con la radicalidad del pueblo quiteño, porque demuestra la fuerza en las calles de todos los ecuatorianos en contra de la dictadura y la presencia nefasta del delincuente Abdalá Bucaram

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En las protestas de ayer, el concejal Ricaurte fue impactado por una bomba lacrimógena en su muslo izquierdo.

“Vi cuando la gente había corrido hacia la parte del Consejo Provincial, y ya no habían muchas bombas, me coloqué en frente de la gente para invitarlos a que regresen a continuar la vigilia en la puerta del Congreso Nacional, cuando de pronto me vi tan solo con dos o tres personas más y en ese momento un policía me apuntó, disparándome con su rifle lanza bombas lacrimógenas, impactándome en el muslo izquierdo provocándome quemaduras, un hematoma y daños en algunas arterias”, dijo Ricaurte.

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