Después de nueve reuniones con el Ejecutivo en la Presidencia de la República, durante tres meses de reclamos infructuosos por un incremento de pensiones, organizaciones de jubilados se tomaron ayer indefinidamente el edificio matriz del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Cerca de las 13h00, un grupo de alrededor de cien pensionistas desalojó a los empleados de la entidad y cerró con candado todos los accesos a las instalaciones.

Los jubilados tienen dos pedidos: que el Congreso rechace la Ley Topo y un incremento adicional de $ 35 millones a las pensiones para este año.

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En enero, el Consejo Directivo del IESS aprobó un aumento total por el mismo monto, que dio como resultado un alza de entre $ 4 y $ 22, dependiendo de las prestaciones de cada jubilado.

La Confederación de Jubilados y Pensionistas del Ecuador ha exigido que se dupliquen esas cifras, pero  no ha obtenido una respuesta satisfactoria del Ejecutivo y de los directivos del IESS.

Gerardo Ramos, presidente de la Confederación, aseguró que los jubilados fueron engañados por los ofrecimientos del actual ministro de Gobierno, Óscar Ayerve. Ramos explicó que la Ley Topo busca privatizar el Seguro Social y conducirlo a la ruina, porque eliminaría el aporte obligatorio del Estado al pago de las pensiones jubilares.

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Ramos anunció que hoy los jubilados se tomarán las dependencias del IESS en otras ciudades del país y protagonizarán marchas.

Mientras tanto, el presidente del Consejo Directivo del IESS, Jorge Mogoyón, renunció ayer a su cargo por estar en contra de los cambios a la seguridad social que constan en la Ley Topo, según informó anoche TC Televisión.