Un árbitro hondureño falleció de un paro cardíaco cinco minutos después de haber iniciado un partido de la Liga Burocrática en la norteña ciudad de La Lima.

Se trata de Miguel Zúñiga, de 60 años, quien además era sastre de oficio. Su sepelio se celebró entre la consternación de familiares, amigos y miembros del Colegio de Árbitros, que lo despidieron acatando sus deseos: ataviado con el uniforme que vestía en el momento de su muerte y con música de mariachis.

Uno de los asistentes, además, hizo sonar tres veces un silbato, del mismo modo que lo hacía Zúñiga al final de un partido.