El mayor simulacro antiterrorista realizado en Estados Unidos comenzó este lunes por la mañana con ataque biológico simulado en Nueva Jersey y una explosión simulada de armas químicas en Connecticut.
 
Deseo aclarar que empujaremos hasta el límite nuestros planes y nuestros sistemas, dijo el secretario de Seguridad Interior Michael Chertoff.   Así que esperamos un fracaso porque empujaremos las cosas hasta el punto del fracaso, que es la mejor forma, a nuestro juicio, de obtener las lecciones aprendidas de lo que hacemos aquí.
 
Aunque no fueron utilizadas armas ni agentes biológicos verdaderos, las autoridades locales y estatales respondieron como si fueran verdaderos, enviando ambulancias a los hospitales y saturando el área de investigadores y unidades de emergencia.
 
Es una prueba de cómo se comunica la gente y si las personas adecuadas son incorporadas a este ejercicio, dijo Roger Shatzkin, vocero de la Oficina de Contraterrorismo de Nueva Jersey.
 
Lo que parece un acontecimiento inocuo tendrá crecientes ramificaciones. Concluirá. Acabará poniendo a prueba nuestros sistemas policiales y sanitarios en todo el estado de Nueva Jersey, dijo Roger Shatzkin, vocero estatal de la Oficina de Contraterrorismo.
 
El lunes por la mañana, la policía rodeó dos camionetas y un automóvil en el estacionamiento de una facultad de la Universidad Kean.
 
Los periodistas, informados por las autoridades como si se tratara de un ataque auténtico, fueron comunicados de que una confidencia telefónica llevó a los agentes policiales a un accidente automovilístico en el que los documentos pertinentes no se correspondían con los vehículos siniestrados. Mientras tanto, un equipo médico debía relacionar el accidente con un falso paciente admitido el domingo en un hospital con   síntomas parecidos a una gripe.
 
Los simulacros de una semana, con un coste de 16 millones de dólares, recibieron el nombre clave de TOPOFF 3. Además del ataque de Nueva Jersey, incluyen además un simulacro de armas químicas en New London, Connecticut.
 
En total, más de 10.000 personas participarán en los simulacros, incluyendo una prueba que afectará a policías de Canadá e Inglaterra así como Estados Unidos.
 
Los simulacros son supervisados por funcionarios del Departamento de Seguridad Interior federal desde un centro de mando en Washington, así como desde los centros regionales en Nueva Jersey y Connecticut.