Un total de 11 policías brasileños fueron detenidos por sospechas de que participaron la semana pasada en la masacre de 30 personas en los suburbios de Río de Janeiro, según las autoridades.

La masacre ocurrió en la noche del jueves, cuando un grupo armado mató indiscriminadamente a balazos a hombres, mujeres y niños en los municipios de Nova Iguacu y Queimados, que integran los suburbios del norte de Río de Janeiro, conocidos como Baixada Fluminense.

El presidente brasileño,  Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó ayer que las autoridades no descansarán hasta capturar a los responsables de la matanza que dejó 30 víctimas.