A pesar de la parálisis del cuerpo, el cerebro continúa generando cierta actividad eléctrica.

Un grupo de científicos estadounidenses logró que un hombre que sufre una grave parálisis pueda controlar objetos mediante un chip electrónico implantado en su cerebro.

Gracias a este experimento, el paciente con parálisis logró encender y apagar la televisión, cambiar canales y ajustar el volumen.

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Este podría ser un avance clave para poder llegar a brindar a los pacientes con parálisis la oportunidad de interactuar con el mundo que les rodea.

Poder del pensamiento
Cuando la médula espinal está dañada, se corta la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, de modo que los músculos ya no pueden recibir la orden de movimiento. Pero en el cerebro, el pensamiento continúa generando cierta actividad eléctrica.

En este experimento pionero, los investigadores de la Brown University, en Rhode Island, utilizaron un chip de silicona para “escuchar” la “conversación” eléctrica del cerebro y una computadora para interpretarlo.

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Como resultado, Matthew Nagle, quien sufre una parálisis total desde el cuello hasta las extremidades inferiores, puede usar el “poder” del pensamiento para manejar objetos de la vida cotidiana, como la televisión.

Cuando Nagle se imagina que mueve su brazo, el chip implantado en su cerebro envía una señal a una computadora para que mueva el cursor en la pantalla.

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“La pantalla de la computadora es, esencialmente, un panel de control remoto de la televisión. Y para indicar una selección, solamente tiene que pasar el cursor sobre un ícono y eso equivale a lo que sería hacer clic sobre ese ícono”, explicó el profesor John Donahue, líder del equipo de científicos que creó el chip.

Control remoto
Pero el chip no solo es una suerte de control remoto para la televisión.

Matthew Nagle también ha podido controlar los movimientos manuales de un brazo robot mediante este método.

El objetivo a largo plazo es diseñar un aparato, del tamaño de un teléfono celular, mediante el cual se puedan estimular electrónicamente los músculos de un paciente que tenga parálisis.

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Complejas señales
Pero no es un objetivo fácil: los movimientos más simples que la mayoría de las personas ni se cuestionan implican complejas señales eléctricas, que serán muy difíciles de replicar.

Aun así, el experimento de Brown University marca todo un hito en la carrera hacia el sueño de hacer que las personas con parálisis puedan moverse otra vez.