Investigadores del departamento químico del Centro Médico de Amsterdam han descubierto que la causa de la toxemia del embarazo es una deficiencia genética hereditaria, anunciaron  en un comunicado.

La toxemia, que se puede manifestar hasta en el 10% de las embarazadas, acarrea a la futura madre un incremento de  presión arterial, retención de líquidos, problemas renales, mareos y adormecimiento en los dedos.

Los expertos señalaron que este mal tiene su origen en un defecto hereditario en el gen que interviene en la formación de las conexiones sanguíneas de la placenta y el feto.

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Estos enlaces se producen en un estadio incipiente del embarazo y resulta muy importante para la alimentación del feto.