Las autoridades españolas han recibido cerca de 300.000 solicitudes de regularización de inmigrantes desde que el 7 de febrero pasado se abrió en España un proceso extraordinario destinado a luchar contra la economía sumergida, informó el lunes la secretaria de Estado de inmigración, Consuelo Rumí.
 
El ritmo de peticiones se ha acelerado sensiblemente porque su número apenas pasaba de las 100.000 a principios de marzo. "Se trata de una cifra muy buena", se felicitó Rumí durante un seminario sobre inmigración latinoamericana.
 
“Si las solicitudes de regularización siguen a este ritmo hasta el 7 de mayo, fecha en que se cierra el proceso, se podría alcanzar las 500.000 peticiones”, indicó la secretaria de Estado de Inmigración.
 
Según organizaciones no gubernamentales, más de un millón de extranjeros vive en situación irregular en España.

"Cada  empleo arrebatado a la economía sumergida es un triunfo", señaló Rumí, quien insistió en que "son personas que pagarán impuestos y cotizarán a la Seguridad Social".
 
La iniciativa de Madrid, a contracorriente del endurecimiento de políticas sobre inmigración en Europa, ha irritado a varias capitales, entre ellas Berlín. El proceso prevé que los inmigrantes presenten por medio de sus empleadores un certificado de empadronamiento anterior al 8 de agosto del 2004, un certificado de antecedentes penales limpio y un contrato de trabajo.
 
Los latinoamericanos representan la comunidad más interesada en este proceso de regularización debido a la fuerte presencia en España de ecuatorianos, colombianos y argentinos.
 
Consuelo Rumí cifró en 649.122 los latinoamericanos que residían legalmente en España a finales del 2004, lo que supone un 32,5% de los residentes extranjeros en situación regular en España.
 
El gobierno afirmó que piensa tener "tolerancia cero" con los inmigrantes clandestinos tras este proceso y que penalizará a los empresarios que tengan trabajando a inmigrantes irregulares con fuertes multas.
 
Unas 270 personas sin papeles mantenían el lunes una huelga de hambre indefinida en locales e iglesias de Barcelona (Cataluña, nordeste) para reivindicar una suvavización de las condiciones necesarias para la regularización.
 
También reclaman al gobierno central que amplíe el proceso extraordinario más allá del 7 de mayo.
 
Los huelguistas, cuyo movimiento comenzó el sábado, son sobre todo pakistaníes, indios, marroquíes y latinoamericanos.