En la construcción de los escenarios que se habilitaron en las ciudades de Quito, Latacunga, Cuenca y Guayaquil para congregar a las personas que asistieron a las misas del Pontífice, se gastaron alrededor de 150 millones de sucres.
En la ciudad de Guayaquil se destinaron solamente 75 millones de sucres para levantar las estructuras respectivas para las celebraciones de las misas y tres helipuertos: en la ciudadela Samanes, en el Batallón Quinto Guayas y en el Guasmo.

La Curia ecuatoriana gastó en esa época alrededor de diez millones de sucres en la importación de potentes equipos de sonido de fabricación japonesa para que todos los fieles pudieran escuchar con claridad los mensajes durante las misas del Papa.