Los abastecimientos de agua potable trabajan en forma paralela con los sistemas de alcantarillado sanitario, y es increíble que la mayoría de la población carezca de este servicio, lo cual ocasiona epidemias por las aguas contaminadas a la intemperie, en zonas marginales.

Los municipios y juntas parroquiales tienen responsabilidad en la recolección de aguas servidas y su descontaminación en plantas y lagunas de oxidación, para su evacuación final a masas hídricas receptoras, sin perjuicios ecológicos. Para esto, hay que construir modernas plantas de tratamientos a fin de eliminar arriba del 80% las impurezas, y evacuar aguas limpias a las masas receptoras, ni enviar aguas servidas por canales abiertos o brazos de esteros para evitar olores nauseabundos, ni construir pozos sépticos, pues afectan la calidad del agua subterránea.

Las autoridades de salud y medioambiente deben hacer auditoría periódica de la información de los laboratorios de estas plantas, para conocer la eficiencia de remoción de impurezas en aguas servidas.

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La instalación y operación de los sistemas de alcantarillado sanitario y pluvial en las zonas marginales de Guayaquil y vía a Daule, será una magnífica obra por realizar el Municipio. Esperamos que la tasa por este servicio no sea mayor del 10% del valor del consumo mensual de agua, lo cual no se da en nuestro caso que corresponde al 8% del consumo, estimándose excesivo porque el sistema se construyó hace algunas décadas y muchas de estas observaciones no se practican.

Dr. Qco. Aurelio Mosquera Cedeño
Guayaquil