El gobierno de Indonesia admitió este jueves que no ha actuado con rapidez para hacerle llegar agua y alimentos a las víctimas del más reciente sismo de alta intensidad que enfrenta el país, mientras que equipos de socorristas sacan a sobrevivientes y cadáveres de los escombros que dejó en dos islas.
 
El gobierno redujo sus estimaciones de muertos a consecuencia de la tragedia a entre 400 y 500 personas, luego de haber considerado que las víctimas mortales serían unas mil. Por su parte, las Naciones Unidas incrementaron a 624 sus estimaciones.
 
Mientras tanto, empleados de ayuda enviaron alimentos a la isla de Nias, la más afectada por el sismo, al tiempo de tratar de restaurar el sistema de agua potable para los sobrevivientes.
 
En tanto, dos acontecimientos dieron esperanzas en medio de la devastación: Una niña nació en un hospital improvisado en una escuela abandonada y los rescatistas sacaron con vida a una chica de 13 años de un edificio de cinco pisos que fue derribado. Asimismo, fue encontrado con vida un grupo de 11 surfistas occidentales, desaparecidos desde el sismo de 8,7 grados de magnitud que se produjo el lunes una hora antes de medianoche.
 
Los turistas fueron encontrados con vida por un helicóptero de rescate, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia.
 
No dejaremos de tener esperanzas. Continuaremos las búsquedas, dijo Herri Ansyah, funcionario de la Cruz Roja.
 
El poblado Gunung Sitoli, la principal población de Nias, continuaba sin agua potable y electricidad el jueves, mientras los isleños y los equipos de rescate revisaban los edificios derribados en busca de sobrevivientes, cadáveres y lo que quedada de sus pertenencias, antes de que la zona fuera sacudida por sismos.
 
El presidente de Indonesia viajó a la remota isla, que recibió la mayor parte del impacto del sismo y está en la misma región del Océano indicó en que hace tres meses ocurrió un devastador tsunami.
 
En medio de la lluvia, el mandatario Susilo Bambang Yudhoyono recorrió Gunung Sitoli, visitó una mezquita y oró junto con un sacerdote católico en una iglesia empleada como depósito de cadáveres.
 
Una situación similar a la de Nias se vive en la vecina isla de Simeulue, donde la televisión mostró imágenes de casas derribadas, daños de importancia a un puerto y los equipos de rescate recuperando trabajosamente un cadáver de entre los escombros.
 
El ministro de Asuntos Sociales de Indonesia, Bachtiar Chamsyah, fue enfrentado por sobrevivientes en Gunung Sitoli, tras lo cual admitió que el gobierno ha respondido con lentitud ante la crisis.
 
El problema es la distribución. Admitimos que esta ha sido lenta. Podemos comprender que la gente está molesta, pero gracias a Dios la situación mejora, dijo.
 
La ONU envió un barco de 350 toneladas de capacidad, con una carga de alimentos, desde la cercana provincia de Ache, esperándose que llegue a Nias el jueves o viernes, dijo el coordinador de ayuda de la ONU, Francois Desruisseauz. Agregó que empleados de ayuda trabajan con ingenieros locales para restaurar los servicios de agua potable y electricidad.
 
Espero que en dos días tengamos agua potable, dijo.