Organización iniciará la próxima semana una demanda ante la OEA contra EE.UU. por no evitar la presencia de civiles en la  frontera. El anuncio de milicias civiles antiinmigrantes que desde mañana capturarán a indocumentados que intentan cruzar la frontera a EE.UU. provocó la reacción en organizaciones pro defensa de los derechos humanos ubicadas en las poblaciones limítrofes con México.

Campañas de difusión, marchas, reuniones y hasta una demanda internacional comprenden las acciones que se desarrollan en Tucson a menos de 24 horas de la presencia de las patrullas denominadas Minuteman en las rutas utilizadas por los inmigrantes para el paso al “otro lado”. 

Jennifer Allen, directora de Border Action Network (Acción Fronteriza), integrada por latinos inmigrantes que desde el 2002, tras conocer casos de abusos por las patrullas de civiles,  luchan en defensa de los derechos humanos de los ilegales, refirió que la situación se complica en la frontera. Con el solo anuncio de los controles por civiles armados se ha sembrado el temor entre las pequeñas poblaciones fronterizas, donde hay hoteles y lugares en los que indocumentados descansan mientras intentan seguir por los sofocantes desiertos.

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Vía telefónica desde Tucson, Allen dijo que Border Action intensificó en las últimas semanas campañas en estaciones de radio y la distribución de folletos en las comunidades para que denuncien casos de maltratos y abusos a los indocumentados por miembros de los Minuteman.   

Allen señaló que resulta difícil precisar los casos de violaciones y cuantificar muertos y desaparecidos porque al momento de la captura los inmigrantes son atemorizados y desconocen que tienen derecho a denunciar maltratos o asesinatos.

La próxima semana la organización iniciará una demanda internacional ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos contra el gobierno de EE.UU. porque no ha perseguido a los grupos antiinmigrantes.

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Mientras en Tucson el próximo 6 de abril se realizará una marcha  para presionar a las autoridades la persecución a las patrullas de civiles y pedirán la reforma migratoria para normalizar a los ilegales.

Tras el cierre de las fronteras en  Tijuana, San Diego en California y Juárez, las rutas de paso de ilegales se desplazó a las zonas desérticas de Nogales, Douglas, Naco del condado de Cochise.

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Allen dijo desconocer las rutas por donde son llevados los ecuatorianos, porque por estrategia los coyotes cambian de sector para el cruce de la frontera y resulta difícil precisar su nacionalidad, porque tienen temor a identificarse.