Autoridades, funcionarios mexicanos y otros grupos  expresaron su temor por el riesgo de violencia sobre una movilización de civiles armados que vigilarán el paso de los indocumentados por la frontera.

Algunos están preocupados por la gente que será atraída por el proyecto –al menos un grupo supremacista blanco  mencionó la iniciativa en su página de internet–. Otros temen la reacción de los traficantes, algunos de los cuales atacaron, incluso a los agentes de la Patrulla Fronteriza y  otras autoridades.

Larry Dever, jefe policial del condado de Coshise y quien dirige la Patrulla Fronteriza en Tucson, dijo estar preocupado y descartó que la vigilancia civil ayude a las autoridades.