La violencia que mostraron los simpatizantes antes, durante y después del partido amistoso que la selección alemana jugó el sábado ante Eslovenia provocó el temor de que esos hechos puedan repetirse mientras los germanos se preparan para ser anfitriones del Mundial del 2006.

La Asociación Alemana de Fútbol se movió rápido para disculparse ante Eslovenia, después que algunos simpatizantes golpearon vidrios de automóviles y restaurantes mientras gritaban frases racistas en la ciudad de Celje, horas antes del partido.